Correspondencia Al general Santander Chuquisaca, 27 de diciembre de 1825.


Correspondencia
Al general Santander
Chuquisaca, 27 de diciembre de 1825.
A s. E. el general F. de P. Santander.
Mi querido general:
Contesto la apreciable carta de Vd. del 6 de agosto que he recibido por el correo pasado y una de la misma fecha del general Soublette. Todavía no ha llegado el correo que hoy esperamos y, sin embargo, debe salir éste.
Todo lo que dice la carta de Vd. es agradable, sin que dé materia para una contestación detallada, porque sobre los mismos asuntos he escrito a Vd. muchas veces.
Yo creo que Escalona no sirve para mandar en Venezuela, porque no tiene bastante capacidad, y Venezuela necesita de un hombre muy superior, o, por lo menos, que tenga una inmensa popularidad.
Tanto Soublette como Vd. me hablan de las elecciones, y para cuando Vd. reciba ésta, estarán ya hechas y sabidas. Yo no dudo que Vd. salga reelecto. Es muy sensible que Páez se haya metido a candidato para un destino que no puede ejercer, pues yo mismo le tengo miedo, con tener más práctica en los negocios y más conocimiento. Soublette dice que Caracas está embochinchado y me cita los jefes y los agentes, también me dice que Cisneros y Ramírez subsisten aún. Todo esto es muy sensible, pues de una división a una destrucción no hay en Colombia más que un paso.
He visto el extracto de Mollien y las notas que Vd. ha tenido la bondad de hacer poner a sus observaciones. De todo doy a Vd. las gracias.
Me alegro mucho que el general Soublette continúe sosteniendo su carácter, sus servicios y su honradez. Siempre he creído que es uno de los mejores hombres del mundo, sin que le falte más que energía.
Mucho han dilatado los enviados de Colombia para el Istmo, después que Vd. nos convidó para junio. Ojalá Briceño llegue aunque sea al fin. Deseo ver la obra de De Pradt del año 25.
El gobierno del Río de la Plata ha entrado por fin en guerra con el Brasil. Ha mandado comprar una escuadra, levantar un ejército y pedir un empréstito para esta guerra. Están instando por concluir un tratado con la nueva república de Bolivia. También el Perú, de hecho, ha reconocido este estado, de suerte que no lo proclamo porque no se ha instalado todavía el congreso del Perú, que es el que debe decirme: sea.
A propósito, estoy haciendo una constitución muy fuerte y muy bien combinada para este país, sin violar ninguna de las tres unidades y revocando, desde la esclavitud abajo, todos los privilegios. Diré en substancia que hay un cuerpo electoral que nombra al cuerpo legislativo; pide cuanto quiere el pueblo y presenta tres candidatos para jueces, prefectos, gobernadores, corregidores, curas y vicarios de los respectivos distritos. El cuerpo legislativo se divide en censores, senadores y tribunos. Los departamentos del gobierno están divididos entre cada cámara para la iniciativa de las leyes. Pero con veto de las otras cámaras. El poder judicial es nombrado parte por el pueblo, y parte por el senado, pero con aprobación del congreso.
El poder ejecutivo se compone de un presidente vitalicio, que nombra todos los empleos de guerra, hacienda y relaciones exteriores: es inviolable.
El vicepresidente es nombrado por el presidente con la aprobación del congreso: él es el jefe de la administración con dos secretarios de estado y él es responsable de toda la administración. El presidente nombra los empleados, pero no responde de su manejo, como el cuerpo legislativo hace las leyes, y el ejecutivo las cumple. El vicepresidente es el sucesor del presidente por muerte o por renuncia.
Los ciudadanos deben ser aquellos que tengan cualidades y habilidades pero no fortuna. El que no sabe escribir, ni paga contribución, ni tiene un oficio conocido, no es ciudadano.
En general, la constitución está muy bien trabada y el discurso que daré para probar su utilidad será muy fuerte. No dudo que será mejor que el otro de Angostura, pues ya no estoy en estado de transigir con nadie. Mi constitución será más liberal que la de Colombia, pero también más durable. El general Sucre es necesario para esta constitución, y sin él no hay nada: por lo mismo, ruego a Vd. inste para que le manden facultad para aceptar este mando por algunos años. La asamblea lo ha pedido con esta mira, y si no ha llegado allá el plenipotenciario, es porque va a Lima primero y después pasará a Bogotá. Desde luego, Vd. debe haber visto la demanda que me hicieron los representantes de este país de la persona del general Sucre. Él puede quedar aquí hasta el año de 30, que es cuando puede ser útil, si acaso lo quieren para presidente o vicepresidente.
Soy.

BOLÍVAR.

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