Discurso en la sociedad patriótica de Caracas
No es que hay dos Congresos. ¿Cómo fomentarán el cisma los
que más conocen la necesidad de la unión? Lo que queremos es que esa unión sea
efectiva y para animarnos a la gloriosa empresa de nuestra libertad; unirnos
para reposar, y para dormir en los brazos de la apatía, ayer fué una mengua,
hoy es una traición. Se discute en el Congreso Nacional lo que debiera estar
decidido. ¿Y qué, dicen? que debemos comenzar por una confederación, como si
todos no estuviésemos confederados contra la tiranía extranjera. Que debemos
atender a los resultados de la política de España. ¿Qué nos importa que España
venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve, si estamos resueltos a ser
libres? Esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. ;Que los
grandes proyectos deben prepararse en calma! Trescientos años de calma ¿no
bastan? La Junta
Patriótica respeta, como debe, al Congreso de la nación, pero
el Congreso debe oír a la
Junta Patriótica , centro de luces y de todos los intereses
revolucionarios. Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad
sur-americana: vacilar es perdernos.
Propongo que una comisión del seno de este cuerpo lleve al
Soberano Congreso estos sentimientos.