Correspondencia
Al general Sucre
CARTA. Año 1826
1.122.- DEL BORRADOR).
Magdalena, 3 de junio de 1826.
A S. E. el Gran Mariscal Antonio José de
Sucre.
Mi querido general:
Con Wilson se me olvidó decir a Vd. que el
general San tander en carta del 6 de marzo me dice que en el congreso se
discutía la licencia para que Vd. permaneciese en Bolivia, y para disponer de
2.000 hombres en favor de esa república. San tander añade que él cree que todo
se conseguirá, de modo que cuando llegue el diputado Olañeta se encuentre
preparado este negocio. Ahora, pues, es llegado el momento de que vaya el
diputado a llenar este objeto, que para Bolivia es de primera necesidad,
necesidad que exige su bienestar, su conveniencia y, más que todo, su gratitud.
No es mi intención decir que sea Olañeta el que precisamente vaya, porque tal
vez Vd. lo empleará allá más útilmente, sino que deseo que vaya un diputado a
Co lombia hombre instruido y de buena moral que establezca rela ciones íntimas
y estrechas con Colombia.
Estando ya reconocida la República Boliviana
por el go bierno del Perú, creo que su primer deber es el (*) de enviar sus
representantes al Istmo de Panamá para que allí representen a su nación y procuren
sus intereses. Soy pues de opinión que el señor Mendizábal debe pasar a Panamá,
tomando por com pañero de su nueva misión a su actual secretario, que parece
ser hombre capaz, y ya versado en algún tanto en los negocios de su gobierno.
Para que estos señores puedan partir cuanto antes, puede Vd. remitirles sus
credenciales e instrucciones por un oficial en posta, y enviarle a Mendizábal
el nombramiento de secretario de la legación al Istmo, en blanco, para llenarlo
aquí, donde no faltará un buen boliviano que llene esta comisión. Dos cosas
tengo que recomendar a Vd. a este respecto: primera, que la mejor instrucción
que se puede dar a la legación boliviana en el Istmo es que procuren uniformar
sus intereses con los de Colombia, siendo éstos los que tienen las
instrucciones más am plias y más liberales, y recomendarles que procuren
estrecharse con ellos en cuanto puedan: y segunda, que procure Vd. enviar, con
el oficial que trae las órdenes, el dinero que necesitan estos señores para
desempeñar su comisión. Aquí no se les puede dar, porque no lo hay y el
gobierno está muy apurado pagando a sus acreedores. Si se puede conseguir
libranzas seguras sería mucho mejor. En esto como en todo hará Vd. lo que crea
más conveniente, pues que no tengo más deseo que el de ayudar a Vd. con mis
consejos.
He dispuesto que dentro de tres meses salga
para Panamá el batallón de Pichincha llevando 1.000 plazas, más que menos, y lo
mejor compuesto que se pueda. Por supuesto, que todos aquéllos a que
corresponda irán pagados de cuanto se les deba, para lo cual he escrito al
general La Fuente
y espero que Vd. por su parte cooperará a que todo se haga a medida de mi
deseo. El batallón Pichincha está destinado a Venezuela, donde servirá muy
bien. Dentro de seis meses, es decir, tres meses después de la salida de "
Pichincha ", debe repetirse la misma operación con el de " Bogotá
" que también está destinado a Venezuela. Por esta razón deseo que "
Bogotá " se sitúe en Cochabamba, a fin de que baje a la costa ya
aclimatado al calor y olvide los fríos del Potosí. " Bogotá " también
deberá llevar mil plazas, más que menos, dejando los venezolanos, magdalenos e
istmeños, y tomando en reemplazo los peruanos que tenga el resto de la división
a que pertenece. Vd. conocerá, por todo lo que digo, que mi objeto es llevar a
Venezuela un cuerpo de tropas ex traño a todo desorden y a todo partido y dejar
en el Sur puros colombianos, que harán mucho bien aquí y podrían hacer mucho
mal allá. Luego que parta " Pichincha " y " Bogotá ", podrá
Vd. disponer de 1.500 colombianos que quedan en Arequipa a las órdenes de
Sandes.
Mando a Vd. mi discurso impreso en una mala
imprenta y ejemplares de la constitución. Deseo que Vd. mande muchos a Buenos
Aires, para ver qué efecto produce y por el gusto de oír a los editores de
allí, que seguramente no lo recibirán bien. En cargue Vd. a alguna persona que
lo haga reimprimir todo con el mejor gusto y elegancia que se pueda.
O´Leary saldrá definitivamente el viernes,
llevando mi cons tituci n a Colombia y encargado de ver a todo el mundo; de
aconsejar a Páez y de encontrarme en Bogotá para darme razón del estado de
Venezuela.
Como dije a Vd. en mi última carta, estoy
resuelto a ir a Colombia, no a tomar la presidencia, porque estoy bien resuelto
a no admitirla, sino a sostener como mejor pueda un edificio que, a fuerza de
quererse elevar, está pronto a caer.
El batallón Bogotá debe ir enteramente pagado
y recom pensado con dinero del Alto Perú, porque habiendo el Bajo Perú pagado y
recompensado a las tropas que han salido de Arequipa en la parte que debía
darle el Alto Perú a la tropa, es justo que el Alto Perú haga lo mismo con
" Bogotá ", ya que en el Perú no hay dinero, y que han hecho muchos
desembolsos a cuenta de Bolivia, que aun no se le ha satisfecho ni se podrán
pagar en algún tiempo.
El batallón Bogotá deberá bajar escoltado por
un batallón de la división que deberá situarse en Tacna en reemplazo de "
Pi chincha " quedando siempre a las órdenes de Vd. Los 1.500 hombres que
queden en Arequipa reemplazarán ampliamente la desmembración de los dos
batallones que va a separarse y siempre podrá contar Vd. con una división junta
y bien organizada.
(*) El borrador dice aquí: creo que su primer
debe ser.
La mitad de este borrador se halla en la
sección del archivo conservada por O´Leary, y la otra mitad apareció en la de
J. de Francisco Martín.