Magdalena, 8 de febrero de 1826.
A s. E. el general F. de P. Santander.
Mi querido general:
Ayer, al poner pie en tierra, fui saludado con
la capitulación del Callao, que ignoraba por estar en marcha a esta ciudad. El
general Salom ha instruido a Vd. detalladamente de todo lo que conocieron en
este suceso, (*) que, por cierto, es muy importante, hará mucho ruido, y puede
ser de mucho peso en Europa. El Perú está pues enteramente libre, y ni un solo
español existe en toda esta vasta extensión.
Mi principal y casi único objeto al venir a
esta capital ha sido asistir a la instalación del congreso general de esta
república convocado para el 10 de febrero. Yo creo que no se instalará el día
señalado, por que aun no se han reunido todos los diputados, pero no dejará de
hacerse en todo este mes de febrero. Como acabo de llegar no conozco sino a uno
que otro diputado, y, por lo mismo, no puedo decir con certeza cuáles serán sus
opiniones, mas estoy seguro de que serán adictos, en la mayor parte, a mí, es
decir, al orden y a la
América. Aguardaremos a que se reúna y veremos lo que pueda
hacerse en bien de este país que va a principiar una nueva carrera, y
establecer su suerte futura.
Tengo a la vista las cartas de Vd. del 21 de
noviembre y 6 de diciembre, y me ha causado una impresión ciertamente muy
agradable, ver el modo con que Vds. han aplaudido a Bolivia. Aún no he leído el
artículo de la Gaceta ,
de que Vd. me habla, pero supongo que será tal cual debe ser, y me adelanto a
darle las gracias. Las observaciones que Vd. me hace sobre este nuevo
nacimiento, son muy dignas de Vd., y cuántas más podrían hacerse. Sucre ha
quedado en aquellas provincias con todas mis facultades y encargado de
gobernarlas hasta que se establezca otro nuevo orden de cosas.
BOLÍVAR
P.D. - Dígale Vd. a Revenga que tengo a la
vista su última correspondencia del 6 y 21 de noviembre, que, a la verdad, son
de un inmenso interés. Apenas las he leído porque tal es el bullicio de gentes,
que nada puedo leer detenidamente, y como no quiero detener el correo me
reservo para el siguiente.