Venezolanos
Simón Bolívar,
libertador de Venezuela y general en jefe de sus ejércitos de Venezuela
y de Nueva Granada
Venezolanos:
Por la tercera vez debéis la libertad a
vuestros defensores que, en más de cien combates, han arrostrado todos los
peligros por salvar vuestro honor y vuestras vidas; pero nunca sus sacrificios
han sido tan recomendables como en la presente campaña, en que cuantos enemigos
tiene la Patria
se han esforzado de común acuerdo y simultáneamente para derribar el edificio
de la República ,
que maravillosamente se ha sostenido en medio de las más extraordinarias
convulsiones, que jamás la cólera del Cielo ha permitido padecer a unos débiles
mortales.
Vuestros opresores han desplegado toda la saña
y maleficencia de que es capaz su perversidad innata. Una devastación universal
ejercida con el último rigor ha- hecho desaparecer del suelo de Venezuela la
obra de tres siglos de cultura, de ilustración, y de industria. Todo ha sido
anonadado. El fuego ha reducido a cenizas las ciudades y las campiñas: el
hierro, ha demolido los edificios, que no devoraron las llamas: la hacha del
verdugo ha inmolado al niño, al anciano, a la virgen, al inválido, sin perdonar
la inocencia, ni la debilidad; sin perdonar, en fin, ni a los irracionales;
pues los brutos que ayudaban al hombre a la cultura de los campos, y le
aliviaban sus fatigas, han sido exterminados por sus campaneros. La guerra ha
sacrificado a millares de vuestros soldados; mas éstos son los únicos que han
muerto con honor, y su sangre ha redimido la que corre en vuestras venas. .
Venezolanos: vuestro país nativo acaba de ser
el teatro de las más tristes catástrofes, pues nada existe como era, y todo lo
que no ha sido destruido, ha sufrido el más espantoso trastorno. Los pueblos
.enteros han cesado de vivir, y las poblaciones no son ya más que escombros o
pavesas. Los seres que han escapado, sólo han sido de la muerte; pero no del
deshonor, no de la miseria, no de la persecución más atroz: han salvado la vida
a costa de todos los sacrificios. ¿De dónde vienen tantas calamidades, tantos
infortunios? ¡Ah su origen es bien santo! El sentimiento de la justicia, el
conocimiento de la razón y el amor a la Patria , he aquí nuestros crímenes a los ojos de
nuestros bárbaros enemigos, que no pueden concebir, cómo un americano puede ser
libre; pues en su ceguedad estúpida no hay más derecho que el poder, ni hay más
gobierno que el despotismo.
El Cielo que constantemente vela por el
triunfo de la virtud, nos ha concedido la victoria contra todos los partidarios
de la tiranía, y todos los defensores de los crímenes que han enseñado los
españoles en las Américas. Enormes masas de bandidos han atacado los ejércitos
de la República ,
que han vencido siempre a sus indignos enemigos donde quiera que se han
presentado, y han disipado las tempestades que han cubierto toda la extensión
del horizonte de Venezuela. Esta fortuna la debéis' al valor divino de vuestros
soldados, sin que yo haya contraído otro mérito que el de adquirir para
nuestras armas el triunfo mayor que pueda adornarlas: perdonar a sus enemigos
después de haberlos vencido. Yo reitero mis anteriores indultos; y a nombre de
Venezuela perdono de nuevo, sin restricción alguna, a todos los enemigos de la República , que
abandonando los estandartes de los tiranos, se acojan bajo la paternal
protección de nuestro benéfico gobierno. Cuartel General Libertador de
Valencia, 13 de abril de 1814. -4° y 2°.
SIMÓN BOLÍVAR.
hijo benemérito del estado de Cartagena