Simón Bolívar, brigadier de la unión y general en jefe del ejército
del norte,
Libertador de Venezuela
9 de octubre de 1813
Soldados:
El ejército español que concibió el extravagante proyecto de
subyugan nuevamente la
República de Venezuela, no existe ya: destruido en la; dos
gloriosas acciones de Bárbula y las Trincheras, donde vuestro valor deshizo sin
el menor esfuerzo esas bandas de mercenarios que los tiranos de la España enviaron a inmolar
al filo de vuestra espada, pensando sin duda, que vosotros erais los mismos
esclavos que en otros tiempos ellos desgraciaban a la esfera de los brutos.
Pero su exterminio ha sido el resultado de tan audaces delirios. El ejército de
Monteverde con su indigno caudillo, ha desaparecido; y sus miserables reliquias
sólo han podido salvarse por el camino del deshonor, huyendo como liebres y
sepultándose en sus antiguas guaridas.
Sólo quinientos hombres, sin oficiales ni jefes, se han
acogido al castillo de Puerto Cabello a morir de hambre, peste y temor; así se
ha desvanecido la única y última esperanza de nuestros cobardes enemigos, que
habían colocado toda su confianza en sus jactanciosos compatriotas los soldados
españoles.
El celo que protege siempre la buena causa, y abandona a su
rigor a los tiranos de la humanidad ha señalado su justicia haciendo perecer al
azoté de Venezuela, el abominable Monteverde, y a sus cómplices. Su mayor
número ha quedado en el campo, y el menor anda errante por los bosques,
buscando un asilo digno de su ferocidad en las cavernas de las fieras.
Soldados, nuestras armas libertadoras han vengado a
Venezuela, inmolando a los tiranos que tan pérfidamente la engataron para
sacrificarla a sus miras de ambición y avaricia. La sangre de estos monstruos
apacigua el clamor de los manes de nuestras víctimas: ya ellas están
satisfechas, y el honor nacional vindicado. Mas nuevas glorias os esperan en
los campos de Coro, Maracaibo y Guayana; partid, pues, a libertar a vuestros
hermanos que gimen bajo el yugo español. El impertérrito brigadier Rafael Urdaneta,
vuestro mayor general, os conducirá a la victoria en los campos de Coro, para
donde marcháis: en tanto que los vencedores de Maturín unidos a los valientes
caraqueños de la división del invicto comandante Campo Ellas, castigan a Boves,
expulsan a Yáñez de San Fernando, y marchan contra Guayana. El resto de los
vencedores de Monteverde estrechan a Puerto Cabello, hasta que perezca o se
rinda, bajo las órdenes del bizarro comandante D'Elhuyar.
Yo no me aparto de vosotros, amados compañeros míos, sino
por ir a conducir en triunfo a Caracas el gran corazón del inmortal Girardot; y
a recibir con los honores debidos a los libertadores de Cumaná y Barcelona, que
ansiosos de adquirir nuevos trofeos vienen a participar de nuestros peligros, y
de nuestras glorias, guiados por el joven héroe general Santiago Mariño,
salvador de su patria. No me aparto, no, de vosotros, soldados granadinos y
venezolanos, pues mi espíritu, mis sentimientos, y mi amor os quedan. Yo os
ofrezco volver más pronto a la luz a dividir con vosotros los trabajos
marciales que hacéis por la salud de la patria, que ya os titula con el sublime
renombre de Libertadores de Venezuela.
Cuartel General de Valencia, 9 de octubre de 1813, 3° y 1º
SIMÓN BOLÍVAR.
Antonio Rafael Mendiri,
Secretario Interino de Guerra.