NODRIZA DEL LIBERTADOR
En los tiempos de zafra, es decir de cosecha en una
hacienda, si era
necesario incrementar el número de trabajadores, los amos
acostumbraban
trasladarlos desde alguna otra propiedad. Es así como Mateo,
también
siervo de la familia Bolívar, oriundo de la hacienda “Santo
Domingo de
Macaira” localizada en la jurisdicción del cantón Caucagua,
conoce, se
enamora y contrae matrimonio con la joven Hipólita. Ella
estará en fecha
de parto al momento de nacer el cuarto hijo de doña María de
la
Concepción Palacios de Bolívar.
Durante una década cesará de su ocupación ordinaria en la
hacienda
y estará en forma exclusiva al cuidado y crianza del niño
Simón. Ella desde
joven fue buena como jinete, por lo tanto no representará
ninguna
dificultad impartir las primeras lecciones de cómo montar y
jinetear a un
niño que con el correr de los años cabalgará las distancias
y caminos más
sorprendentes que pueda imaginarse.
Hipólita era una mujer sencilla, ordenada, que ponía su
empeño y
tezón en atender cabalmente las tareas que le fuesen
asignadas. Respetuosa
y fiel, valiente y abnegada servidora que ganó merecidamente
la confianza
de sus amos.
Bolívar decreta y concede la libertad a los esclavos casi
desde el
comienzo de la lucha independentista y después, en 1821, a los pocos que
le quedaban. Pero la negra Hipólita sigue fiel porque era un
lazo de amor y
agradecimiento mutuo el que la unía a esa excepcional
familia.
Fuente: CARMELO PAIVA PALACIOS
NODRIZA DEL LIBERTADOR
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