Discursos y proclamas
Ciudadanos y magistrados de la ciudad de
Barinas
Los tiranos que invadieron la confederación de
Venezuela han sido expulsados de esta provincia que ellos oprimían con la mayor
crueldad: a pesar de sus esfuerzos por prolongar su despótico dominio, nuestras
armas los han vencido, y ya gozáis de vuestra antigua libertad.
El Soberano Congreso de la Nueva Granada ,
animado de los sublimes sentimientos que lo caracterizan, ha enviado su
valeroso ejército a destruir el intruso Gobierno español y a restablecer la República de Venezuela
sobre las mismas bases en que existía antes de la irrupción de los bandidos.
Las miras del Gobierno de la Nueva Granada no son
otras que las que veréis por las sabias instrucciones que me lía dado y tengo
el honor de presentaros pare. vuestra inteligencia y satisfacción. En
consecuencia de las disposiciones del Congreso se repone el Poder Ejecutivo
provincial en el ciudadano Manuel Antonio Pulido que ejercía esta funciones al
tiempo de la disolución de la República. Este Magistrado se halla
suficientemente autorizado para organizar el Gobierno político y civil del modo
más conveniente a la naturaleza de las cosas en el día, interino se liberta la
capital de Venezuela, y se restablece con solidez y legalidad el Gobierno que
debe regir las provincias unidas de nuestra confederación.
El Intendente de la provincia, Nicolás Pulido,
queda repuesto en su empleo y está especialmente encargado de la Administración de
Rentas Nacionales, y colección de préstamos forzados y donativos voluntarios;
pero en todo subordinado al Gobernador del Estado en quien reside la suprema
autoridad de la provincia.
El coronel ciudadano Pedro Briceño antes
Comandante General, vuelve a ejercer sus facultades militares, sin otra
dependencia en el ramo de Guerra, que del Gobierno federal y a falta de éste
del General en Jefe de las tropas de Venezuela.
El Comandante General es nombrado Gobernador
interino del Estado, mientras llega a esta capital el propietario ciudadano
Manuel Antonio Pulido.
Los bienes confiscados a los enemigos deben
ser administrados provisoriamente por la comisión de secuestros, compuesta de
los ciudadanos Luis Báez e Ignacio Requena, dependiente del Gobierno de esta
provincia, cuyas órdenes deberá ejecutar fielmente.
En cuanto al Gobierno de la Iglesia no habrá otro Jefe
en ella, en tanto que las circunstancias varíen, que el ciudadano Presbítero
Ramón Ignacio Méndez.
Dejando así distribuidos los Departamentos de
Estado, Hacienda, Guerra y de la
Iglesia , en sujetos del más alto carácter, virtudes políticas
y acendrado patriotismo, tengo la honra de ofreceros mis servicios y suplicaros
os sirváis cooperar en cuanto esté al alcance de vuestras facultades a la
redención del resto de la provincia de Caracas que afín gime bajo el yugo español,
y yo parto a libertarla a la cabeza de nuestras invictas tropas.
SIMÓN BOLÍVAR.
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