Discursos y proclamas
Acepta la presidencia siempre que se le
autorice a continuar la campaña a la cabeza del ejército
19 de octubre de 1821
A. S. E. el señor Presidente del Congreso de
Colombia.
Exmo. Señor:
Llamado por V. E. para venir a prestar el
juramento como presidente del estado, tengo la honra de decir a V. E. que he
obedecido con gratitud a la voluntad del Congreso General. Pero V. F;. tendrá
la bondad de cometer a su sabiduría las siguientes consideraciones, antes de
obligarme a aceptar un destino que tantas veces he renunciado.
Cuando las calamidades públicas me pusieron
las armas en las manos para libertar a mi patria, yo no consulté mis fuerzas ni
mis talentos. Cedí a la desesperación del espectáculo de horror que ofrecía
ella en cadenas; y poniéndome a la cabeza de las empresas militares que han
continuado la lucha por más de once años, no fué con ánimo de encargarme del
gobierno, sino con la firme resolución de no ejercerlo jamás. Yo juré en el
fondo de mi corazón no ser más que un soldado, servir solamente en la guerra. y
ser en la paz un ciudadano. Pronto a sacrificar por el servicio público mis
bienes, mi sangre y hasta la gloria misma, no puedo, sin embargo, hacer el
sacrificio de mi conciencia, porque estoy profundamente penetrado de mi
incapacidad para gobernar a Colombia, no conociendo ningún género de
administración. Yo no soy el magistrado que la República necesita para
su dicha; soldado por necesidad y por inclinación, mi destino está señalado en
un campo, o en cuarteles. El bufete es para mi un lugar de suplicio. Mis
inclinaciones naturales me alejan de él tanto más, cuanto que he alimentado y
fortificado estas inclinaciones por todos los medios que he tenido a mi
alcance, con el fin de impedirme a mí mismo la aceptación de un mando que es
contrario al bien de la causa pública, y aun a mi propio honor.
Si el congreso general persiste, después de
esta franca declaración, en encargarme del Poder Ejecutivo, yo cederé sólo por
obediencia; pero protesto que no admitiré el titulo de presidente sino por el
tiempo que dure la guerra, y bajo la condición de que se me autorice para
continuar la campaña a la cabeza del ejército, dejando todo el gobierno del
Estado a S. E. el general Santander, que tan justamente ha merecido la elección
del Congreso General para vicepresidente, y cuyos talentos, virtudes, celo y
actividad ofrecen a la
República el éxito más completo de su administración.
Tengo el honor de ser, con la más alta consideración,
de V. E. El más atento, obediente servidor.
Rosario de Cúcuta, a 19 de octubre de 1821.
BOLÍVAR.
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