Correspondencia
A la señora Bonpland.
Lima, 23 de octubre de 1823.
A la señora Bonpland.
Señora:
Hace muchos años que tuve la satisfacción de
ligar mis sentimientos a los del célebre y virtuoso Bonpland, ahora digno
esposo de Vd.
He sabido, con sumo dolor, que este caballero
se halla prisionero en el Paraguay con la inocencia que caracteriza a los
mártires. En consecuencia, me tomo la libertad de dirigir a Vd. tres cartas
para el señor Francia, con el laudable fin de rogarle por la libertad de mi
estimable amigo Bonpland; las que suplico a Vd. se sirva dirigirlas por
diferentes vías al Paraguay.
Si por un prodigio de la buena suerte el señor
Bonpland pudiere salir de los calabozos del Paraguay, yo ofrezco a Vd. y a toda
su familia un destino honroso y útil al compañero del descubridor del Nuevo
Mundo. Entonces mi satisfacción sería infinita porque reuniría en el seno de mi
patria a uno de mis mejores amigos y a un sabio que esparciese la luz de la
naturaleza por todas nuestras vírgenes comarcas.
Tenga Vd. la bondad, señora, de contarme entre
las personas que más desean emplearse en servicio de Vd., y de aceptar los
testimonios de la consideración y aprecio que le profeso.
Atento y obediente servidor
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