SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS Tomás Polanco Alcántara


SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS Tomás Polanco Alcántara
El 23 de mayo de 1791 don Simón Rodríguez, entonces de 20 años de edad, fue admitido para servir en la Escuela de niños de "primeras letras", bajo la dirección del maestro principal don Guillermo Pelgrón (31). La Escuela se encontraba en estado total de ruina y hasta carecía de útiles. El nuevo maestro fue obteniendo algunas mejoras pues logró mudar el instituto a una casa de doña Josefa Aristeguieta, ubicada entre las esquinas de Veroes y Jesuitas y adquirir algunos muebles. La inscripción del niño Simón en esa Escuela y no en cualesquiera de las otras que funcionaban en la ciudad, pudo haberse debido a que don Feliciano hubiese tomado esa decisión por la presencia en ella de Rodríguez, a quien conocía muy bien por el hecho de haber, el mismo Rodríguez, trabajado para él durante el año de 1792 y en calidad de amanuense (32). Lo que no está claro, ni tampoco interesa a los fines de este estudio, es cómo se armonizaban los deberes de maestro con las labores propias del servicio de don Feliciano; quizá se explique así por qué Rodríguez, tal como se desprende de algunas cartas de don Feliciano, cesó en su trabajo de amanuense y se dedicó exclusivamente a la Escuela.. En 1793 Bolívar había cumplido 10 años. No hay referencia específica alguna sobre lo sucedido a Bolívar en la Escuela durante los años 1793 y 1794, salvo el dato, que enseguida mencionaremos, del número de sus compañeros.. El Instituto funcionaba de manera poco satisfactoria, según aparece en un informe presentado por el maestro Rodríguez al Ayuntamiento el 19 de mayo de 1794 (33) Ese informe, al determinar lo que era necesario reformar, permite conocer sus fallas fundamentales. La primera indicación debe referirse al número de alumnos: ciento catorce niños no podían ser atendidos eficazmente por un maestro. Quizá esa era la causa de muchos de los otros inconvenientes e irregularidades. El maestro Rodríguez se quejaba de la negativa influencia de los padres en el funcionamiento de la Escuela; aludía a sus conflictos con las familias que protestaban por los castigos que se llegaba a imponer a los niños y le incomodaba ocupar los días viernes en despachar las contribuciones de cada quien. Los niños no llegaban a la Escuela a la hora fijada. El maestro no disponía de auxiliares para su labor. Aquellos padres que podían pagar no lo hacían con regularidad.. Los niños no tenían a su disposición en cantidad suficiente los útiles necesarios para su trabajo y perdían tiempo con la desordenada compra de los mismos.. Eran escasos los libros disponibles y muy costosos.. Los muebles de la Escuela resultaban incompletos e incómodos. La escuela siguió funcionando durante todo el año 1794 y en 1795 en las nada ideales condiciones que se han mencionado. El niño cumplió 11 años. Ya muerto su abuelo habitaba en la casa de su tío Carlos. Fue entonces cuando se presentó un grave conflicto. El niño no quería seguir viviendo con su tutor sino con su hermana María Antonia, casada con Pablo Clemente y Francia. ¿Por qué? Quizá se enteró del proyecto de su tutor de "transferirlo a la casa de don Simón Rodríguez..... quien teniéndole siempre a su vista y en su propia casa que es cómoda y capaz", "podrá más cómodamente proveer a su educación" (34)viajar a sus haciendas. Como era soltero su casa, durante esas ausencias, quedaba sin gobierno definido.. Pensaba que enviar al niño a una especie de internado sería una solución a sus problemas. El 23 de julio de 1795 el niño, aprovechando la ausencia de don Carlos, corrió a refugiarse en la residencia de su cuñado don Pablo de Clemente y Francia.. La reacción del niño puede hacer pensar que no le resultaba nada grato el tener que habitar en la casa de Rodríguez. Clemente, enseguida, avisó a la Audiencia y le pidió y obtuvo la autorización provisional necesaria para mantener al niño en su casa. Don Carlos, al regresar, solicitó la entrega del niño y la Audiencia estimó prudente acceder a ello. Se inició de esa manera un largo, doloroso y complejo proceso judicial (35). En las actas de ese pleito es posible darse cuenta del estado de la educación del niño y de la situación de su carácter. Fuente: SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS Tomás Polanco Alcántara Obra suministrada por Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela

SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS


SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS La evolución de la salud de doña Concepción no era satisfactoria. Sabemos que en la carta para Esteban, que se acaba de citar, ella le decía: "estoy ya buena y me parece que del todo gracias a Dios''.. Para esa fecha, a pesar de tales afirmaciones según los indicios que se conocen, su estado era muy grave, aunque parecía haber mejorado algo, quizá por haber pasado una temporada en su finca de San Mateo. Estaba en cuenta de que su muerte no tardaría. Por eso se sintió en la necesidad de otorgar testamento.. Quiso hacerlo por medio de apoderado, convencida como estaba de que no le era posible personalmente y así dijo que 'estando como estoy enferma en cama en achaque grave que Dios Nuestro Señor se ha servido darme" y por "la aceleración de mi accidente y su gravedad" no creía tener tiempo para expresar por sí misma esa manifestación testamentaria.. Nunca cedió su ánimo, como lo muestran tanto la tenacidad de su conducta como la continua acción que se desprende de los documentos. Se agravó el día de San Pedro (29 de junio de 1792) en tal forma que "acometió el término de su enfermedad arrojando mucha sangre por la boca, continuando su gravedad hasta esta mañana (6 de julio de 1792), a las 11,30 que fue Dios servido llevársela"(23). Fue una persona querida por sus familiares. Así puede verse de las expresiones que, con respecto a ella, aparecen en diversas cartas. Muestra de esos sentimientos la manifestará su pariente político, don Francisco José Bernal, diciendo: "creo que había muy pocos que la conocieron que no hayan sentido aflicción por su alma generosa" (24). Esta mujer merece un homenaje especial. Casada a los 14 años y viuda a los 28, con cuatro hijos menores, tuvo que seguir juicios y discusiones administrativas, ocuparse de propiedades, manejar construcciones y educar a sus hijos, sin fallar, sin decaer en el espíritu, enferma y casi sola, con su padre anciano y también enfermo, apoyada en unos hermanos que no le serian del todo útiles. A los nueve años el niño Simón Bolívar quedó sin padre ni madre, dueño de una importante fortuna, con dos hermanas mayores, María Antonia y Juana y un hermano, Juan Vicente. Esa fortuna ascendía al equivalente de ocho millones de dólares, según cálculos hechos sobre la base del valor, año 1976, de los bienes que aparecen de los testamentos materno y paterno (25). Era necesario pensar en nuevos rumbos. Doña Concepción en su testamento dispuso que, al ella morir, sus hijos estarían bajo la tutela del abuelo don Feliciano.. Este, cuando asumió el cargo de tutor se sentía tan enfermo que apreció conveniente hacer testamento. Lo otorgó el 18 de agosto de 1792 y en ese documento manifestó haber considerado que, antes de designar a sus nietos los tutores sustitutos, era conveniente consultar la opinión de éstos. Explica don Feliciano que a Simón, quien debía quedar "al abrigo" de la casa del abuelo, se le buscaría persona "de su inclinación, que cuide con esmero de su persona y de sus bienes". Esa persona, escogida por el niño y aceptada por el abuelo, fue el tío Esteban quien, en su ausencia, debía ser sustituido por su hermano Carlos Palacios y Sojo Blanco. No era ilógico que el niño mencionara al tío Esteban como su preferido para la tutela (26). Don Feliciano falleció en diciembre de 1793. Dispuso que sus hijas Josefa y María Ignacia "que habían visto a su sobrino Simón como hijo suyos" continuasen temporalmente la labor de atenderlo con sus criados y criadas "para su servicio y prolijo cuidado"(27).. Josefa, de las dos, fue la que prestó al niño mayor atención hasta el momento de llevarlo a la casa de su tutor. Muertos sus padres y el abuelo y ausente Esteban, ¿qué pasaría con el niño y su tutor? En la lista de los alumnos de la Escuela Pública de Caracas, que aparece en el Acta del Ayuntamiento de la ciudad y correspondiente al día 10 de julio de 1793, se indica que entre esos alumnos estaba "el discípulo Simón; su padre Juan Vicente Bolívar y su madre Doña Concepción Palacios".. Su pago, ocho reales (28). La inscripción del niño en esa Escuela fue, necesariamente, decidida por su abuelo como la única persona que en ese tiempo pudo haberlo hecho. La Escuela Pública de Caracas era un organismo oficial que inicialmente había dependido de la Municipalidad, luego de la llamada "Junta de Temporalidades", que administraba los bienes confiscados a la Compañía de Jesús y por último, desde el 27 de septiembre de 1788, volvió a ser asumida por el Cabildo de Caracas.. No tenía un reglamento específico y todos los intentos hechos para organizarla fracasaron.. Su primer Director fue don Guillermo Peigrón (29). Al nombrarlo la Municipalidad lo facultó para que "usando la prudencia y suavidad posible instruya a la puericia e infancia con el mayor cuidado en primeras letras, latinidad y elocuencia".. La Escuela Pública se componía de dos planteles, uno de "primeras letras" y otro de latinidad.. Había en ella un "maestro principal" y maestros "subalternos". La Escuela de "primeras letras" enseñaba la doctrina cristiana, la lectura, la escritura y la aritmética.. La "doctrina", mediante el aprendizaje de oraciones; la "lectura", con el conocimiento del alfabeto letra por letra, luego de sílabas y después de palabras y de frases hasta lograr la lectura "corrida"; la "escritura" se enseñaba haciendo copiar letras, sílabas y palabras y la "aritmética" por el conocimiento de las cuatro reglas. Hasta allí llegaba el proceso educativo (30). Fuente: SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS Tomás Polanco Alcántara

Las más Hermosas cartas de Amor entre Manuela y Simón


Las más Hermosas cartas de Amor
entre Manuela y Simón
acompañadas de los
Diarios de Quito y Paita,
así como de otros documentos
II. La Magdalena, 6:30 p.m.
Señora:
Nunca después de una batalla encontré un hombre tan maltratado y maltrecho como yo mismo me hallo ahora, y sin el auxilio de usted. ¿Quisiera usted ceder en su enojo y darme una oportunidad para explicárselo?
Su hombre que muere sin su presencia,
Simón Bolívar
Fuente: © Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia
Las más hermosas cartas de Amor entre Manuela y Simón
Ediciones de la Presidencia de la República
Caracas - Venezuela, 2010
Depósito Legal: lf000000000000
ISBN: 0000000000000

Manifiesto de Cartagena 4


Manifiesto de Cartagena 4
Estos ejemplos de errores e infortunios, no serán enteramente inútiles para los pueblos de la América meridional, que aspiran a la libertad e independencia.
La Nueva Granada ha visto sucumbir a Venezuela, por consiguiente debe evitar los escollos que han destrozado a aquélla. A este efecto presento como una medida indispensable para la seguridad de la Nueva Granada la reconquista de Caracas. A primera vista parecerá este proyecto inconducente, costoso y quizás impracticable; pero examinando atentamente con ojos previsivos, y una meditación profunda, es imposible desconocer su necesidad, como dejar de ponerlo en ejecución probada la utilidad.
Lo primero que se presenta en apoyo de esta operación, es el origen de la destrucción de Caracas, que no fue otro que el desprecio con que miró aquella ciudad la existencia de un enemigo que parecía pequeño, y no lo era , considerándolo en su verdadera luz.
Coro, ciertamente, no habría podido nunca entrar en competencias con Caracas, si la comparamos, en sus fuerzas intrínsecas, con ésta; mas como en el orden de las vicisitudes humanas no es siempre la mayoría física la que decide, sino que es la superioridad de la fuerza moral la que inclina hacia sí la balanza política, no debió el Gobierno de Venezuela, por esta razón, haber descuidado la extirpación de un enemigo que, aunque aparentemente débil, tenía por auxiliares a la provincia de Maracaibo; a todas las que obedecen a la Regencia; el oro, y la cooperación de nuestros eternos contrarios los europeos que viven con nosotros; el partido clerical, siempre adicto a su apoyo y compañero, el despotismo, y, sobre todo, la opinión inveterada de cuantos ignorantes y supersticiosos contienen los límites de nuestros Estados. Así fue que apenas hubo un oficial traidor que llamase al enemigo, cuando se desconcertó la
máquina política, sin que los inauditos y patrióticos esfuerzos que hicieron los defensores de Caracas, lograsen impedir la caída de un edificio ya desplomado, por el golpe que recibió de un solo hombre.
Aplicando el ejemplo de Venezuela a la Nueva Granada; y formando una proporción hallaremos que Coro es a Caracas, como Caracas es a la América entera; consiguientemente, el peligro que amenaza este país, está en razón de la anterior progresión; porque poseyendo España el territorio de Venezuela, podrá
con facilidad sacarle hombres y municiones de boca y guerra, para que bajo la dirección de jefes experimentados contra los grandes maestros de la guerra, los franceses, penetren desde las provincias de Barinas y Maracaibo hasta los últimos confines de la América meridional.
España tiene en el día gran número de oficiales generales ambiciosos y audaces; acostumbrados a los peligros y a las privaciones que anhelan por venir aquí a buscar un imperio que reemplace el que acaban de perder.
Es muy probable, que al expirar la Península, haya una prodigiosa emigración de hombres de todas clases; y particularmente de cardenales arzobispos, obispos canónigos y clérigos revolucionarios capaces de subvertir, no sólo nuestros tiernos y lánguidos Estados sino de envolver el Nuevo Mundo entero en una espantosa anarquía. La influencia religiosa, el imperio de la dominación civil y militar, y cuantos prestigios
pueden obrar sobre el espíritu humano, serán otros tantos instrumentos de que se valdrán para someter estas regiones.
Nada se opondrá a la emigración de España. Es verosímil que Inglaterra proteja la evasión de un partido que disminuye en parte las fuerzas de Bonaparte, en España; y trae consigo el aumento y permanencia del suyo en América. Francia no podrá impedirlo tampoco Norteamérica; y nosotros menos aún, pues careciendo todos de una marina respetable, nuestras tentativas serán vanas.
Estos tránsfugas hallarán, ciertamente, una favorable acogida en los puertos de Venezuela, como que vienen a reforzar a los opresores de aquel país; y los habilitan de medios para emprender la conquista de los Estados independientes.
Levantarán quince o veinte mil hombres que disciplinarán prontamente con sus jefes, oficiales, sargentos, cabos y soldados veteranos. A este ejército seguirá otro todavía más temible, de ministros, embajadores, consejeros, magistrados, toda la jerarquía eclesiástica y los grandes de España, cuya profesión es el dolo y la intriga, condecorados con ostentosos títulos, muy adecuados para deslumbrar a la multitud.

SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA


SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA
INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A
TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS Tomás Polanco Alcántara
Esteban Palacios y Sojo-Blanco, fue en el año de 1790, el padrino de confirmación de su sobrino Simón (18), entonces de siete años de edad, y tendrá siempre con él una
estrecha relación afectiva, bien mostrada en la carta que, muchos años más tarde, al
regresar Esteban a Caracas, le escribirá Bolívar y donde le dice: "mi tierna niñez, mi
confirmación y mi padrino, se reunieron en un punto para decirme que usted era mi
segundo padre"(19).
El calificativo dado al tío Esteban, de "segundo padre", unido a los afectuosos recuerdos
de ser su padrino, de la ceremonia de la confirmación y de "los regalos que usted me
daba cuando era inocente", recuerdan el cuidado especial que tuvo ese tío por el sobrino
huérfano.
El último testimonio de afecto que dio Esteban por su sobrino fue haber encabezado la
lista de vecinos de Caracas que el 18 de julio de 1828, apoyaron la decisión de depositar
"los destinos de Colombia en manos de S..E. el Libertador" (20) Esteban murió en
Caracas, durante octubre de 1830.
Doña Concepción necesitó ocuparse tanto de negociaciones con la Real Hacienda
requeridas por la propiedad de unas tierras en Aroa, pertenecientes a otro vínculo,
creado testamentariamente por su esposo en favor de su hijo Juan Vicente, como del
manejo de las fincas familiares ubicadas en San Mateo de los Valles de Aragua, el Valle
de Tacarigua, Caucagua, Chacao, Chirgua, Llanos de Apure, Taguasa, etc.
Atendió cuidadosamente doña Concepción conflictos existentes entre la familia y la
mayordomía de la Iglesia Catedral, las cuentas con parientes y terceros, los problemas
que se tramitaban en la Península relacionados con sus intereses, etc.. Conocía el
movimiento de esclavos, la producción de mulas y todos los demás problemas de esa
especie (21).
En alguna forma el estado de la salud de doña Concepción, enferma de tuberculosis,
afectó al hijo. Es muy posible que Don Juan Vicente, enfermo también de tuberculosis,
haya contagiado la enfermedad a su esposa Doña Concepción. Médicos historiadores
opinan que, al darse esa situación, la cercanía y contacto familiar con su madre causó
en el niño la "primo-infección tuberculosa", demostrada por una cicatriz que, al morir y
serle hecha autopsia, fue localizada en uno de sus pulmones. Corresponde a un tipo de
tuberculosis que pasa inadvertida mientras "la resistencia natural es favorable" (22)
Fuente: SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA
INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A
TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS
Tomás Polanco Alcántara

Las más Hermosas cartas de Amor entre Manuela y Simón


Las más Hermosas cartas de Amor
entre Manuela y Simón
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así como de otros documentos
Las siguientes cinco cartas, escritas desde La Magdalena, se refieren al incidente del zarcillo, narrado según testimonio de Perú de Lacroix
I. Cuartel General en La Magdalena – Lima
Octubre 29 de 1823
Señora Doña Manuela Sáenz
Señora:
Mi deseo es que usted no deje a este su hombre por tan pequeña e insignificante cosa. Líbreme usted misma de mi pecado, conviniendo conmigo en que hay que superarlo. Vengó ya usted su furia en mi humanidad. ¿Vendrá pronto? Me muero sin usted.
Su hombre idolatrado,
Simón Bolívar
Fuente: © Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia
Las más hermosas cartas de Amor entre Manuela y Simón
Ediciones de la Presidencia de la República
Caracas - Venezuela, 2010
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SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS


SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA
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Tomás Polanco Alcántara
Bolívar, en 1813, afirmó que doña Inés Mancebo de Miyares, esposa del Capitán
General don Fernando Miyares y Pérez Bernal(8)fue "quien en los primeros meses me
arrulló en su seno" y menciona que un corazón como el suyo sabe guardar gratitud a la
"que me aumentó como madre" (9). Años más tarde, en 1827, ratifica: "ella, (doña Inés)
en mis primeros días me dio de mamar" y exclama "¿qué más recomendación para
quien sabe amar y agradecer? (10).
Una mujer negra, llamada Matea, perteneciente a la servidumbre de doña Concepción,
hizo también con el niño las funciones de nodriza; otra mujer negra, de nombre Hipólita, fue quizá quien durante más tiempo realizó esa labor. Bolívar la recordó siempre con gran afecto. Por eso, en 1825, pidió a su hermana María Antonia que diera a Hipólita "todo lo que ella quiere... su leche ha alimentado mi vida y no he conocido otro padre que ella... "(11).
Si bien Bolívar no tuvo en sus venas sangre de personas étnicamente negras, recibió de
los pechos de mujeres negras el alimento primario de la vida. Esas mujeres negras lo
cuidaron, atendieron y enseñaron en sus primeros días. No es raro que de ellas
recibiera, para su espíritu, esa fantasía, esos "átomos color de rosa" esparcidos en su
imaginación infantil, como diría Pedro Emilio Coll que había hecho en él su propia aya
negra Marcelina (12).
Murió su padre en enero de 1786. El niño tenía algo más de dos años y quedó bajo el
cuidado exclusivo de doña Concepción, pues el Coronel don Juan Vicente, mediante
testamento, designó a su esposa como tutora y curadora de sus hijos, junto con ella, sus
únicos y universales herederos(13).
Esa muerte, por haber ocurrido siendo Bolívar todavía un niño muy pequeño, motivó que su espíritu buscase diversas formas de expresión de la necesaria imagen paterna: el
Marqués de Ustáriz, don Simón Rodríguez, su tío Esteban Palacios, don Fernando
Peñalver y según sus propias palabras ya citadas, hasta Hipólita.
Doña Concepción, viuda a los veinte y ocho años, tuvo que enfrentar los problemas de la familia..
Debía continuar la fábrica de la llamada "Quinta de la Cuadra del Guaire", que su esposo dejó sin terminar. Esa casa o quinta, ubicada en el sur de la ciudad de Caracas, muy cercana al río Guaire, estaba adjudicada en la herencia a su hijo Simón. Además de
pagar los costos de su fábrica, era necesario gastar dinero para dotarla de agua limpia,
de cercas e incluso de mejoras para la calle que va desde la casa hasta el río, todo con
cargo a la porción hereditaria correspondiente(14).
Doña Concepción se ocupó de tramitar judicialmente la defensa de los intereses de su
hijo Simón como heredero del "vínculo" constituido por don Juan Félix Jerez de
Aristeguieta, con los bienes que heredó de su madre doña Luisa Bolívar y Ponte.
El Dr. Jerez de Aristeguieta y Bolívar en su testamento, otorgado el 8 de diciembre de
1784, dispuso que los bienes que él había heredado de su madre doña Luisa Bolívar y
Ponte, hermana de don Juan Vicente Bolívar y Ponte, fuesen constituidos en forma de
"vinculo o mayorazgo" y que nombraba, para ser llamado en primer lugar al goce de ese
vínculo, a don Simón Bolívar y Palacios, niño entonces de aproximadamente año y
medio de edad, hijo de su tío don Juan Vicente Bolívar y Ponte y de doña Concepción
Palacios y Blanco (15).
Después del fallecimiento del Dr.. Jerez de Aristeguieta su familia quiso impedir,
mediante un juicio, que doña Concepción entrase en posesión del "vinculo" mencionado.
El litigio se ventiló, en gran parte, ante la Real Audiencia de Santo Domingo. Este
Tribunal, en sentencia dictada el 16 de junio de 1788, rechazó la demanda de los
Aristeguieta y mandó dar posesión de los bienes "vinculados" al niño Simón Bolívar y
Palacios.
La ceremonia requerida para la entrega de la posesión de esos bienes fue solemne y en
ella participó el propio niño, de seis años, acompañado de su abuelo, de testigos, del
escribano y de un curador especial para ese caso, que lo fue el Licenciado Miguel José
Sanz por nombramiento de la Real Audiencia, fechado 16 de julio de 1786. ¿Afectó al
niño esa ceremonia? No se sabe.
Doña Concepción, el 20 de septiembre de 1790, pidió al Rey la expedición del título de
Marqués de San Luis a su hijo Juan Vicente (16). Al no recibir respuesta envió a Madrid
a su hermano Esteban para aligerar los trámites (17). Esteban partió para España el 25
de abril de 1792. Hasta ese momento había estado en contacto permanente con su
sobrino. Lo volverá a ver en Madrid.
Fuente: SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA
INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A
TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS
Tomás Polanco Alcántara

sin fecha General Simón Bolívar Muy señor mío

 /sin fecha General Simón Bolívar Muy señor mío: Mi genio, mi Simón, amor mío, amor intenso y despiadado. Sólo por la gracia de encontrarnos...