Al general Santander Magdalena, 20 de marzo de 1826

Al general Santander
Magdalena, 20 de marzo de 1826.
A s. E. el general F. de P. Santander.
Mi querido general:
He recibido dos cartas de Vd. todas del 6 de enero que he visto con infinita satisfacción porque en ella me promete aceptar la vicepresidencia si el congreso lo nombra, cumpliendo con el voto nacional. Esto es todo lo que yo esperaba con deseo, con ansia e impaciencia. Doy a Vd. las gracias por esta promesa salutífera para Colombia. ¡Qué mensaje!!! Esto es bueno, esto es bello, esto es grande, como dice el Abate De Pradt. Vd. reúne en él la sequedad diplomática y oficial con las cosas útiles y las palabras hermosas. Me parece el mejor de todos los que ha dado la América, inclusive el mío del año pasado, porque este es más propio que el mío.
Muchas cosas he sabido que son realmente importantes. 1º Se asegura que la Europa nos reconoce de resultas de la recepción de Hurtado en el cuerpo diplomático en Londres. 2º La España debe reconocernos a costa de doscientos millones de pesos. Con igual cantidad se puede conquistar todo el país de los Borbones: es vender bien caro la libertad que hemos comprado con más sangre que dinero; primero el exterminio que tal sacrificio. 3º La toma de San Juan de Ulúa. 4º La toma de Chiloé por Freire. 5º Las disposiciones amigables de la Francia. 6º El buen espíritu que tienen ahora los exaltados de Venezuela; y últimamente, la insigne obra de De Pradt, con el título " Congreso de Panamá ". Todo esto reunido al estado próspero de las tres repúblicas hermanas me tienen algo más que encantado. Parece que me he remozado con los goces de la gloria y de la libertad. Qué momentos tan dulces estoy pasando: ellos pagan lo pasado y me prometen un porvenir eterno.
Las cosas de Buenos Aires y el Brasil van así, así: nada se hace de importante. De una y otra parte mando a Vd. gacetas y noticias. Vea Vd. la nota escrita del Brasil en que parece que no pintan al Emperador con muy fuertes medios de oponerse a nosotros; más contra Buenos Aires no le faltan recursos.
Pido oficialmente el permiso para ir a Bolivia a presentar mi constitución. Apóyelo Vd. fuertemente y mándemelo volando. Vd. crea que yo no vuelvo a Colombia tan pronto, porque se desploma todo el Sur, y por lo mismo, es indispensable que Vd. tome el mando para que todo no se pierda.
La misión de Guzmán es como se lo he dicho a Vd.; no sé si es de buena o mala fe, aunque Briceño, Ibarra, el marqués del Toro y mi hermana dicen que sí. Yo he respondido conforme a mi conciencia y si no fuera así, ¡qué vergüenza tendría de recibir alabanzas mentirosas como las que me da el Abate De Pradt poniéndome sobre todos los héroes! Siempre es mentiroso esto; pero su fundamento no lo es, porque ciertamente que yo tengo desprendimiento.
De Guayaquil me escriben tales cosas que no sé cómo concebirlas. He dicho a Pérez que comunique a Vd. los documentos. No se puede creer todo lo que me dice un tal López, pero yo creo que mucho hay de cierto en el fondo de la cosa.
El congreso de Buenos Aires quiere e insta por la proclamación de la República Bolívar. El general Alvear me propuso mil cosas y entre otras el de extender la República Bolívar por tratados hasta Buenos Aires y Chile. También aquí quieren ser bolivianos y quieren lo mismo que Alvear. De suerte que si oyéramos a estos señores no habría más que dos repúblicas, Colombia y Bolivia. También hay por aquí quien quiera imperio. Gual no me escribe nada, no sé por qué. Yo le he escrito dos veces quejándome de este silencio. Briceño me ha escrito una carta al llegar sobre el proyecto de Páez.
Soy de Vd. de corazón.
BOLÍVAR.
P. D. - Dicen que Rivadavia ha sido nombrado presidente del Río de La Plata y que el Paraguay se ha levantado contra Francia.


A los ciudadanos de Cundinamarca.

A los ciudadanos de Cundinamarca.
17 de diciembre de 1814
Simón Bolívar, general en jefe del ejército de la unión
A los ciudadanos de Cundinamarca.
Las necesidades del ejército son notorias: está desnudo y hay cerca de un año que no recibe sueldos. En la urgente necesidad de seguir sus marchas contra nuestro común enemigo sus escaseces lo exponen a perecer antes por la intemperie y por el hambre, que por las fuerzas contra quienes ha de combatir: y la falta de sueldos lo priva de las pocas comodidades que podría procurarse.
He creído que conociendo vosotros el estado de las rentas de la República, vuestra liberalidad se apresurará a remediar aquellas faltas: y fiado principalmente en vuestro patriotismo he nombrado una comisión de doce ciudadanos respetables que recojan vuestros donativos: otros medios, más seguros en otras partes, son indignos de un pueblo libre y generoso. El soldado que expone su vida por defender la vida y libertad de sus conciudadanos, merece la gratitud general: y sus faltas son un título Justo a que partamos con él nuestro superfluo.
Ciudadanos de Cundinamarca, mostrad vuestra gratitud a los defensores de la patria.
Santa Fé, 17 de diciembre de 1814.
SIMÓN BOLÍVAR.

provincias unidas

A la división de Urdaneta

A la división de Urdaneta
12 de noviembre de 1814
Simón Bolívar,  libertador de Venezuela y general en jefe de sus ejércitos
Soldados!
Habéis henchido mi corazón de gozo! Pero ¿a qué costa? A costa de la disciplina, de la subordinación, que es la primera virtud del militar.
Vuestro jefe es el benemérito general Urdaneta; y él lamenta como yo el exceso a que os condujo vuestro amor.
Soldados!
Que no se repitan más los actos de desobediencia entre vosotros. Si me amáis, probádmelo continuando fieles a la disciplina y obediencia a vuestro jefe. Yo no soy más que un soldado que vengo a ofrecer mis servicios a esta nación hermana.
Para nosotros la patria es la América; nuestros enemigos, los españoles; nuestra enseña, la independencia y libertad!
En Pamplona a 12 de noviembre de 1814.
BOLÍVAR.



Tomada de la obra "Proclamas del Libertador", de J. D. Monsalve y Roberto Ramírez B. Bogotá, 1928.

SIMÓN BOLÍVAR Y LA GRAN COLOMBIA


SIMÓN BOLÍVAR Y LA GRAN COLOMBIA
● Antiguos esbozos nacionalistas y anhelos de completa autonomía que venían gestándose, desde la colonia, entorno de las Reales Audiencias o de los Cabildos.
●Regionalismo antagónico, que se había acentuado por diferencias geográficas, por características económicas y hasta por simples rivalidades administrativas.
●Centralismo excesivo, con desestimación ofensiva en los valores locales y de los intereses económicos provinciales o regionales.
●Caudillismo militar numeroso y absorbentes ambiciones políticas, que buscaban y urgían la formación de todo trance de estados y repúblicas para sus ejercicios presidenciales
● Descontento y abierta operación que se produjeron, al fin en toda la Gran Colombia contra los nuevos sistemas dictatoriales que había sucedido a la tiranía española.
● Alejamiento político y militar del propio Libertador Simón Bolívar, único héroe que había logrado sostener entre rebeliones y altibajos, su artificial estado de la Gran Colombia.
Junto con el gran libertador Simón Bolívar murió La idea de una gran nación que luchase junta para una meta común.
Al final pudieron más los ideales individuales que los comunes, dividiendo la gran nación en tres territorios independientes: Ecuador Colombia y Venezuela.
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Aunque siempre compartirán las mismas raíces, un glorioso pasado y un gran porvenir.
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Fuente: Diana Placencia
1º Bachiller B
Carmelitas Vedruna
2010 - 2011

Fuente: SIMÓN BOLÍVAR Y LA GRAN COLOMBIA

SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS


SIMÓN BOLÍVAR:   ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS
Tomás Polanco Alcántara
8.-LECUNA, Adolescencia..., página 446 y siguientes.
9.-El Virrey Azanza (1746-1826) fue hombre de accidentada vida política. Ministro de Guerra en 1793. Amigo de don José de Gálvez y luego enemigo de Godoy. Ministro de Fernando VII en su primer gabinete, presidente de la Asamblea Constituyente de Bayona, partidario de José Bonaparte quien lo hizo Duque de Santa Fe, expulsado de España por afrancesado, indultado en 1820 y muerto en el exilio.
10.-O'Leary en sus Memorias hace algunas referencias a esa visita. Memorias del General Daniel Florencio O'Leary, NARRACION, Edición ordenada por la Junta de Gobierno de la República de Venezuela, el 13 de julio de 1952, Prólogo de Mons.
Nicolás Eugenio Navarro, Caracas, 1952, Imprenta Nacional, Tomo I, páginas 7 y 8. Esta obra será citada en adelante O'LEARY, Narración..., un número romano indicativo del Tomo separado por un guión del número de la página. Esta Narración... fue incorporada con los números XXVII, XXVIII y XXXII (Apéndice) a la edición facsimilar de las Memorias de O'Leary, ordenada y ejecutada el año de 1981 por el Ministerio de la Defensa de la República de Venezuela. Puede verse también el estudio de JOSE DE JESUS NUÑEZ Y DOMINGUEZ, Bolívar y México. México, 1930.
11.-Esteban Palacios y sus relacionados recurrieron al Conde de Tepa en los trámites a que haremos referenda para gestionar en Madrid la expedición del titulo de Marqués de San Luis a Juan Vicente Bolívar. Véase el Capitulo Cuarto de esta Primera Parte.
12.- Sobre el Oidor Aguirre y Viana puede leerse la entrada correspondiente a él en la obra de los profesores MARK A. BURKHOLDER y D.S. CHANDLER, Biographical Dictionary of Audiencia Ministers in the Americas. 1687-1821. Greenwood Press, Connecticut, 1982, página 6.
13.-Véase en el documento citado en la nota número 26 de este Capítulo el calificativo de don Carlos a esa cantidad que él consideraba infinita y superflua.
14.-Gaceta de Caracas, número 19, 6 de enero de 1809, página 4. Echezurría permaneció fiel a la causa realista hasta figurar en 1820 entre los electores del Ayuntamiento constitucional (Gaceta de Caracas, número 312 de 28 de junio de 1820) y en 1821 entre los Jueces de Imprenta (Gaceta de Caracas, numero 42 de 9 de mayo de 1821).
15.- Gaceta de Caracas, número 16, 23 de diciembre de 1808, página 4, Tomo I,
16.- Véanse el Estudio y los documentos sobre esas actividades publicados por el Dr. Vicente Lecuna en el Boletín de la Academia Nacional de la Historia, número 65, Tomo XIV, octubre-diciembre de 1931, páginas 381 y siguientes y los comentarios que haremos en los Capítulos Décimo Primero y Décimo Segundo de esta Parte.
17.- Gaceta de Caracas, número 196, 24 de junio de 1818, páginas 1504 a 1505, Tomo VII.
18.- C.H. HARING, El Comercio y la navegación entre España y las Indias. Edición de la Academia Nacional de la Historia, París, 1939 (Traducción de Leopoldo Landaeta), página 257.
19.- Esos estudios de Fuentes Carvallo quedaron truncados por su lamentable fallecimiento.
20.- En ese itinerario no aparece Bilbao. Esa carta de Pedro la escribió al lograr dar por terminada las peripecias que para él significó haber sido atacado por los ingleses el buque donde él viajaba durante el viaje que hizo poco después de haber salido su sobrino. La fecha de la carta en Lisboa, el 5 de junio de 1799 (LECUNA, Adolescencia..., página 549), soluciona la duda que plantea Fuentes en su ya citado estudio sobre el navío San Ildefonso (arriba nota 3). Allí menciona que según la "cronología" del Libertador, que aparece en el primer tomo de sus Escritos..., la fecha de llegada a Santoña fue el 31 de mayo de 1799, mientras que según las versiones del viaje de Alcalá Galiano, el convoy del cual formaba parte el San Ildefonso llegó a Santoña el 13 de mayo: ¿13 ó 31? La carta de Pedro, fechada el 5 de junio, hace pensar que fue el 13 de mayo y no el 31, pues de haber sido esta última fecha, no había tiempo para que él, en Lisboa, lo hubiere sabido seis días después. Cartas de Pedro en LECUNA,
Adolescencia..., páginas 550 y 552.
21.- Puede verse en LECUNA, Adolescencia..., página 477.
22.- Esteban Palacios a Carlos Palacios, Madrid, 29 de junio de 1799, en LECUNA, Adolescencia..., página 552.
23.- Sobre Don Manuel de Mallo véase nota 5, Capitulo Cuarto de esta Primera Parte.
24.- Pedro Palacios a Carlos Palacios, Madrid, 28 de agosto de 1799, en LECUNA, Adolescencia..., página 558.
25.- Pedro Palacios a Carlos Palacios, Madrid, 22 de agosto de 1799, en LECUNA,
Adolescencia..., página 556.
26.- Carlos Palacios a Esteban Palacios, Caracas, 8 de octubre de 1799, en LECUNA,
Adolescencia..., página 562. 25.- Pedro Palacios a Carlos Palacios, Madrid, 22 de agosto de 1799, en LECUNA,
Adolescencia..., página 556.
26.- Carlos Palacios a Esteban Palacios, Caracas, 8 de octubre de 1799, en LECUNA,
Adolescencia..., página 562.
Fuente:   SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS

Tomás Polanco Alcántara

LA NEGRA HIPÓLITA, NODRIZA DEL LIBERTADOR


LA NEGRA HIPÓLITA,
NODRIZA DEL LIBERTADOR
IV.- CON BOLÍVAR EN LA LUCHA.
No estará presente cuando, tras la fulgurante Campaña Admirable12, regresa el general Simón Bolívar a la capital de Venezuela el 7 de agosto de 1813 y es aclamado y reconocido con el título de “Libertador”, porque la negra Hipólita vive trabajando en la Hacienda San Mateo. Pero al saber que su amo ha salido a combatir, viene solícita a acompañar al ejército bolivariano en los enfrentamientos de finales de septiembre de 1813 en Puerto Cabello13, en la Batalla de Araure del 5 de diciembre, en la que el
Libertador Bolívar obtiene uno de sus mayores triunfos frente al ejército conjunto de los feroces jefes realistas coronel José Yañez y general José Ceballos. Será mayor la participación de Hipólita en los hechos guerreros que en febrero y marzo tienen como escenario a San Mateo14 con costosos triunfos que el ejército comandado por Bolívar se acredita sobre las fuerzas que responden al mando de los sanguinarios generales realistas José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales
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12 Bolívar había sido autorizado por el Congreso de Nueva Granada, el 30 de marzo, para invadir a Venezuela, y conduciendo su ejército sale de Cúcuta (Colombia) el 14 de mayo de 1813 y tras seguidos triunfos durante cuatro meses (especialmente en Cúcuta, Mérida, Trujillo donde firma el Decreto de “guerra a muerte”, y Taguanes) llega a su ciudad natal. Valga recordar que en Valencia encontrará una comisión ( el marqués de Casa León, el presbítero Marcos Ribas, Francisco Iturbe, Felipe Fermín Paúl y José Vicente Galguera) enviada por el Capitán General Manuel del Fierro para ajustar y firmar las cláusulas de una capitulación.
13 Bolívar se propuso tomar la Plaza de Puerto Cabello, porque por este punto podían los españoles recibir refuerzos. Pide ayuda a Mariño por mar y por tierra, pero éste no acude a tiempo; entonces, como Reyes Vargas está en Calabozo con más de mil hombres, Bolívar ve el peligro y divide sus tropas: envía seiscientos hombres al mando de Manuel García de Sena, contra Reyes Vargas, y con el resto pone sitio a Puerto Cabello. El 29 de septiembre en las afueras de Puerto Cabello combatirá contra Domingo Monteverde y el siguiente día triunfará en la Batalla de Bárbula sobre el ejército realista que dirigía el coronel Remigio Bobadilla.
14 El 23 de febrero de 1814, diez días después de la heroica defensa de La Victoria por el general José Félix Ribas, acampó Bolívar con su estado mayor y con su guardia en el pueblo de San Mateo. Establece su cuartel general porque es un punto estratégico para vigilar los movimientos del poderoso ejército enemigo reconcentrado en la Villa de Cura. Para el 26 de febrero, las fuerzas patrióticas reunidas en San Mateo ascienden a mil quinientos infantes, con cuatro piezas de campaña de grueso calibre y seiscientos jinetes. Los días 26, 27 y 28 los patriotas dirigidos por Bolívar triunfan sobre los realistas a cuyo frente está el general José Tomás Boves; los días 1º y 2 de marzo en los combates ocurridos en la hacienda de San Mateo. Del 4 al 9 en el sitio de las alturas de San Mateo, las derrotas las sufre el general Francisco Tomás Morales. Los días 16 y 17 de marzo las fuerzas de Bolívar triunfan sobre Boves en el camino de San Mateo. El 20 nueva batalla en San Mateo y el día 25 otra en las alturas de San Mateo triunfando
Bolívar en ambas contra el sanguinario José Tomás Boves.
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Se multiplicaba la valentía y arrojo de la nodriza del Libertador:
Pendiente y dispuesta a atender a su amo en lo que se refiere a su alimentación, al lavado y planchado de sus ropas; pero también al mismo tiempo prestando ayuda, socorriendo y dando ánimo a los heridos. ¡Cómo de útil para todos esos menesteres le resultaba su experiencia de buena jineteando caballos, adquirida en los años de su juventud¡.
La vida de la guerra no era lo que más le atraía. Estaba allí más por admiración a Bolívar, por el orgullo que sentía ante la valentía y don de mando mostrado, a la edad de treinta años, por quien de niño se alimentó de su pecho y cuyo carácter contribuyó a formar. Corto pero intenso fue el tiempo en que Hipólita está presente con Bolívar participando en lucha por la independencia. Era como una especie de inseparable asistente, quien desafiaba peligros y seguía a su hijo de crianza con heroica decisión, con integral apego, en vigilancia contra posibles atentados. Hipólita se multiplicaba, se tornaba beligerante, abría sus blancos ojazos en seguimiento asiduo del infatigable capitán. Iba y venía de un sitio a otro para consolar viudas que acababan de perder a sus maridos, animar a los desalentados y a los vacilantes, reanimar a los acobardados, infundir a todos la fe y la esperanza en la hora fatal del vencimiento.
En los años posteriores no volverá a estar con Bolívar en el campo de
batalla15. Ella se queda en San Mateo y cuando esta hacienda deja de estar bajo la administración directa de los Bolívar, se radicará en Caracas, en la jurisdicción de la Parroquia San Pablo y tendrá su casa en un barrio situado donde está hoy día la urbanización El Silencio.
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15 Es de recordar que desde junio del año 1814 hasta marzo del año 1816, el Libertador Simón Bolívar no estará guerreando en territorio venezolano. Después de la “Emigración” hacia el oriente de Venezuela, el 8 de septiembre sale Bolívar desde Carúpano con rumbo a Cartagena, desde allí a las islas del Caribe (Jamaica, Haití) y en marzo de 1816 viene a Margarita con su expedición libertadora.
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Fuente: CARMELO PAIVA PALACIOS
LA NEGRA HIPÓLITA,
NODRIZA DEL LIBERTADOR
EDICIONES LIBRERÍA ESTELAR
CARACAS, 2007.

CARTA DE JAMAICA SIMON BOLIVAR Parte 3

CARTA DE JAMAICA
SIMON BOLIVAR
Parte 3
Las islas de Puerto Rico y Cuba, que entre ambas pueden formar una población de 700 a 800,000 almas, son las que más tranquilamente poseen los españoles, porque están fuera del contacto de los independientes. Mas ¿no son americanos estos insulares? ¿No son vejados?
¿No desearán su bienestar?
Este cuadro representa una escala militar de 2,000 leguas de longitud y 900 de latitud en su mayor extensión en que 16,000,000 americanos defienden sus derechos, o están comprimidos por la nación española, que aunque fue en algún tiempo el más vasto imperio del mundo, sus restos son ahora impotentes para dominar el nuevo hemisferio y hasta para mantenerse en el antiguo. ¿Y la Europa civilizada, comerciante y amante de la libertad, permite que una vieja serpiente, por sólo satisfacer su saña envenenada, devore la más bella parte de nuestro globo? ¡Qué! ¿Está la Europa sorda al clamor de su propio interés? ¿No tiene ya ojos para ver la justicia? ¿Tanto se ha endurecido para ser de este modo insensible? Estas cuestiones, cuanto más las medito, más me confunden; llego a pensar que se aspira a que desaparezca la América; pero es imposible porque toda la Europa no es España.
¡Qué demencia la de nuestra enemiga, pretender reconquistar la América, sin marina, sin tesoros, y casi sin soldados! Pues los que tiene apenas son bastantes para retener a su propio pueblo en una violenta obediencia y defenderse de sus vecinos. Por otra parte, ¿podrá esta nación hacer comercio exclusivo de la mitad del mundo sin manufacturas, sin producciones territoriales, sin artes, sin ciencias, sin política?
Lograda que fuese esta loca empresa, y suponiendo más, aun lograda la pacificación, los hijos de los actuales americanos unidos con los de los europeos reconquistadores, ¿no volverían a formar dentro de veinte años los mismos patrióticos designios que ahora se están combatiendo?
La Europa haría un bien a la España en disuadirla de su obstinada temeridad, porque a lo menos le ahorrará los gastos que expende, y la sangre que derrama; a fin de que fijando su atención en sus propios recintos, fundase su prosperidad y poder sobre bases más sólidas que las de inciertas conquistas, un comercio precario y exacciones violentas en pueblos remotos, enemigos y poderosos. La Europa misma, por miras de sana política debería haber preparado y ejecutado el proyecto de la independencia americana, no sólo porque el equilibrio del mundo así lo exige, sino porque este es el medio legítimo y seguro de adquirirse establecimientos ultramarinos de comercio. La Europa, que no se halla agitada por las violentas pasiones de la venganza, ambición y codicia, como la España, parece que estaba autorizada por todas las leyes de la equidad a ilustrarla sobre sus bien entendidos intereses.
Cuantos escritores han tratado la materia se acordaban en esta parte. En consecuencia, nosotros esperábamos con razón que todas las naciones cultas se apresurarían a auxiliarnos, para que adquiriésemos un bien cuyas ventajas son recíprocas a entrambos hemisferios. Sin embargo ¡cuán frustradas esperanzas! No sólo los europeos, pero hasta nuestros hermanos del Norte, se han mantenido inmóviles espectadores de esta contienda, que por su esencia es la más justa, y por sus resultados la más bella e importante de cuantas se han suscitado en los siglos antiguos y modernos; porque ¿hasta dónde se puede calcular la trascendencia de la libertad del hemisferio de Colón?
«La felonía con que Bonaparte, dice V., prendió a Carlos IV y a Fernando VII, reyes de esta nación, que tres siglos ha, aprisionó con traición a dos monarcas de la América Meridional, es un acto muy manifiesto de la retribución divina, y al mismo tiempo una prueba de que Dios sostiene la justa causa de los americanos, y les concederá su independencia.»
Parece que V. quiere aludir al monarca de México Moteuczoma, preso por Cortés y muerto, según Herrera, por el mismo, aunque Solís dice que por el pueblo; y a Atahualpa, Inca del Perú, destruido por Francisco Pizarro y Diego Almagro. Existe tal diferencia entre la suerte de los reyes españoles y los reyes americanos, que no admiten comparación; los primeros tratados con dignidad, conservados, y al fin recobran su libertad y trono; mientras que los últimos sufren tormentos inauditos y los vilipendios más vergonzosos. Si a Quauhtemotzin, sucesor de Moteuczoma, se le trata como emperador, y le ponen la corona, fue por irrisión y no por respeto, para que experimentase esta escarnio antes que las torturas. Iguales a la suerte de este monarca fueron las del rey de Michoacán, Catzontzin; el Zipa de Bogotá, y cuantos Toquis, Incas, Zipas, Ulmenes, Caciques y demás dignidades indianas sucumbieron al poder español. El suceso de Fernando VII es más semejante al que tuvo lugar en Chile en 1535 con el Ulmén de Copiapó, entonces reinante en aquella comarca. El español Almagro pretextó, como Bonaparte, tomar partido por la causa del legítimo soberano, y en consecuencia llama al usurpador como Fernando lo era en España; aparenta restituir al legítimo a sus estados y termina por encadenar y echar a las llamas al infeliz Ulmén, sin querer ni aun oír su defensa. Este es el ejemplo de Fernando VII con su usurpador; los reyes europeos sólo padecen destierros, el Ulmén de Chile termina su vida de un modo atroz.
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sin fecha General Simón Bolívar Muy señor mío

 /sin fecha General Simón Bolívar Muy señor mío: Mi genio, mi Simón, amor mío, amor intenso y despiadado. Sólo por la gracia de encontrarnos...