Al general Santander Guayaquil, 19 de septiembre de 1826.

Al general Santander
Guayaquil, 19 de septiembre de 1826.
A s. El general F. de P. Santander.
De mi puño.
Mi querido general:
He llegado al Sur, que he encontrado algo conmovido con algunas especies ciertas de Venezuela y otras falsas con respecto al Perú. Yo he tenido el gusto de dejar esta ciudad ya muy contenta con algunas lisonjas y más esperanzas de adelantos locales. Cuenca está más conmovida. Barreto ha querido trastornar el orden, mal aconsejado. Torres ha sufrido, pero ya quedará satisfecho, porque he llamado a Barreto que es una bestia. Quito se ha movido, pero como Guayaquil y quedará contento. En Quito hay partidos. Los militares están algo alborotados con las ideas de Páez. No he podido ver a Ibarra ni a Urbaneja porque se fueron a Lima mientras yo me venía.
El código boliviano estará ya adoptado en Bolivia y Perú. Aquí lo quieren porque parece a la federación y porque es mío. Este país tiene mucho de pardocracia y mucho de republiqueta.
La dictadura está a la moda, promovida por Guzmán, que mandé a Venezuela donde el general Páez a decirle que me pidiese para su tiempo la constitución boliviana, que participa de la federación y de la monarquía que desean los dos partidos de aquel país. En el Sur están con las mismas ideas. Los militares quieren fuerza, y el pueblo independencia provincial. En esta confusión la dictadura lo compone todo, porque tomaremos tiempo para preparar la opinión para la gran reforma de la convención del año de 31, y en tanto calmamos a los partidos de los extremos. Con las leyes constitucionales no podemos hacer más en el negocio de Páez que castigar la rebelión: pero estando yo autorizado por la nación lo podré todo. Yo no creo que este congreso se reúna en enero y, por lo mismo, tan sólo la nación tiene derecho de darme su confianza absoluta. Por otra parte, este país está malcontento con todo, bueno y malo.
La hacienda necesita de mucha reforma y algunas relaciones interiores también.
Vmd. me habla con alguna seriedad sobre monarquía: yo no he cambiado jamás. Yo espero que Vmd. se acordará de mis principios y de mis palabras cuando Vmd.(*) brindó porque yo despotizara a Colombia más bien que otro, si alguno la hubiera de despotizar. Por consiguiente, me admira que Vmd. me hable como de una cosa cuestionable para mí. Libertador o muerto es mi divisa antigua. Libertador es más que todo; y, por lo mismo, yo no me degradaré hasta un trono. Respondo a esto porque me ha picado la carta en cuestión; carta que ha navegado en el Norte y en el Pacifico y pudo perderse y comprometerme de algún modo; pues no todos me creen con estas ideas. Si quieren que me vaya de Colombia que me hablen más de trono.
En fin, me voy hoy para Quito y pronto estaré por allá. Quiero la quinta y no el palacio. Luego partiré para Caracas.
Soy de Vmd. de corazón.
BOLÍVAR.

P. D. - Mi proclama dirá a Vmd. mis sentimientos sobre la rebelión.

 

Ley marcial

Ley marcial
Simón Bolívar,  libertador de Venezuela y general en jefe de sus ejercitos
Por cuanto las circunstancias actuales exigen grandes sacrificios para consolidar la libertad de Venezuela, vengo en declarar y proclamar la ley marcial, a que estarán sujetos todos los individuos de la República, exceptuando solamente el Clero.
Por ley marcial se entiende la cesación de toda otra autoridad que no sea la militar; y ocho horas después de esta publicación, comenzará a ejercerse en toda su fuerza y rigor.
Todos los ciudadanos se presentarán antes de tres horas cumplidas después de esta publicación, con sus armas y todas las bestias y monturas que posean, en la Plaza Mayor, donde se les dará destino.
Los que contraviniesen en algo el tenor de los anteriores artículos serán juzgados y sentenciados como traidores a .la Patria, tres horas después de comprobado el delito, debiendo ejecutar y hacer cumplir el anterior mandato en los pueblos que no haya Comandante Militar, los Políticos.
Publíquese y circúlese donde corresponda.
Cuartel General de Caracas, junio 17 de 1814;
SIMÓN BOLÍVAR.

Caracas, Imprenta de Juan Baillio, Impresor del Gobierno.

Al general Santander Magdalena, 23 de abril de 1826

Al general Santander
Magdalena, 23 de abril de 1826.
A s. E. El general F. de P. Santander.
Mi querido general:
Hasta ahora no ha venido el correo y así no tengo ninguna carta de Vd. que contestar.
En la adjunta gaceta encontrará Vd. el decreto del consejo de gobierno declarando írritos los poderes de los diputados de algunas provincias, que no están conformes con el artículo 58 de la ley reglamentaria. Según este decreto han quedado separados del congreso lo menos veinte diputados, cuyos poderes se han encontrado no conformes a lo que previene la constitución, y aunque han quedado como cuarenta y ocho en regla, no creo que se reúna este congreso hasta el año 27, no sólo porque cuarenta diputados no son suficientes para componerlo, sino porque será preciso que se reformen los poderes de los veinte diputados, o se hagan nuevas elecciones. No tengo embarazo en decir a Vd. que yo no he visto este acontecimiento con gran pesar; porque entre tanto puedo yo arreglar el país, darle más moral y buscar una persona que pueda servir el ejecutivo con aquella firmeza y energía que se requiere aquí sobre todo. El consejo de gobierno, no hay duda que ha hecho lo que ha podido, pero no tiene opinión.
En la otra gaceta encontrará Vd. los documentos relativos a la ejecución de Berindoaga. Es ésta la primera vez que Lima ha sido testigo de un acto de rigurosa justicia. El pueblo lo ha visto con agrado y no ha mostrado el menor sentimiento, y aun los mismos parientes de Berindoaga han preferido el silencio a la súplica. Todo el mundo ha dicho que este ejemplo va a producir buen efecto, y yo así lo creo.
Se ha confirmado la muerte de Alejandro y la sucesión de Constantino. Yo he considerado esta muerte como una fortuna para nosotros, y que va a sernos muy útil en nuestras relaciones con la Inglaterra, que animará a la Francia a seguir en las miras de Mr. Villéle, y en fin, que podrá destruir la Santa Alianza ya que no existe el alma que la animaba.
Por acá todo está tranquilo, lo mismo en Bolivia.
Soy de Vd., mi querido general, amigo de corazón.
BOLÍVAR.

P. D. - Nada se sabe de importante del Río de la Plata y del Janeiro, sino la llegada de 2.000 alemanes al Brasil y un miserable combate en el río. Vuelvo a recomendar a Ruiz López Aldana,(*) porque su hijo lo merece.

A todos los individuos veteranos del Estado de Cundinamarca -16 de diciembre de 1814

A todos los individuos veteranos del Estado de Cundinamarca
16 de diciembre de 1814
Simón Bolívar, general en jefe del ejército de la unión
A todos los individuos veteranos del Estado de Cundinamarca ordeno se, presenten en sus cuerpos en el término de tres días, en inteligencia de que los que no lo ejecuten y sean aprehendidos después, están sujetos a pena de muerte, como así los paisanos que en el mismo término no presenten, a la mayoría general, las armas de munición que tengan y las que puedan por sus calibres servir al uso del ejército y defensa de la República. Dado, ese. Santa Fé, 16 de diciembre de 1814.

SIMÓN BOLÍVAR.

A todos los habitantes de la ciudad

A todos los habitantes de la ciudad
15 de diciembre de 1814
Simón Bolívar, general en jefe del ejército de la unión
A todos los habitantes de la ciudad, dice:
Que habiendo cesado ya la necesidad de precauciones militares para la conservación de la tranquilidad interior, en cuya virtud se había prevenido que ninguno saliese de la ciudad, sin pasaportes de los jueces ordinarios, con el pase de la Mayoría General, S. E. ordena y manda, que de aquí en adelante baste el pasaporte de los jueces ordinarios; a quienes S. E. previene que no le den a ningún militar ni de esta provincia ni del ejército de la Unión que entró aquí.

Cuartel General Libertador, diciembre 15 de 1814.

A todos los ciudadanos de Santa Fe de toda clase,

A todos los ciudadanos de Santa Fe de toda clase, y origen
Simón Bolívar, general en jefe del ejército de la unión
A todos los ciudadanos de Santa Fe de toda clase, y origen dice:
Que desde ayer que ocupó esta plaza por capitulación concluida por el Exmo. Señor Presidente de Cundinamarca, sus tropas, lejos de causar el menor perjuicio a los habitantes, han dado constantes pruebas de moderación, y de una reconciliación fraternal. Sin embargo, se han corrido voces de desconfianza, y aún algunos han osado decir que la intención de las tropas de la Unión es pasar a cuchillo a los rendidos indistintamente. Tales voces promueven el desorden y la confusión: los más sensatos y pacíficos se alarman y ocultan; y muchos se profugan por salvar sus personas.
El General en Jefe asegura sobre su honor a todos los habitantes, que jamás ha sido ésta su intención: que en la capitulación que concedió sólo por ahorrar la sangre de sus hermanos, ha garantido espontáneamente el honor, personas y propiedades de los ciudadanos de Cundinamarca, y que la cumplirá religiosamente.
El exhorta a todos a que vivan con tranquilidad en sus casas y a que se restituyan a sus ocupaciones domésticas, ciertos de que él vela en la seguridad general; y convida a los que falsos y temerarios rumores han hecho salir de la ciudad, a que vuelvan a ella sin ningún temor.
Las tropas de la Unión son libertadoras: temerlas es temer a sus hermanos y a sus bienhechores, y pasada la hora del combate que por nuestra parte fue tan poco homicida como lo permitía la resistencia de la plaza, ningún temor, ninguna desconfianza puede ser tolerable: nada se reservó en la capitulación: ciudadanos de toda especie, europeos y americanos, todos han quedado a cubierto por ella; y sólo serán criminales los que se empleen en turbar la tranquilidad pública, con voces falsas y sediciosas;. sólo tales personas merecen el castigo del gobierno y la reprobación general. Los que teniendo sus familias u otros Intereses fuera de la ciudad quisieren ir por ellos, ocurrirán a la mayoría general del ejército, con pasaporte del Corregidor o alguno de los Alcaldes, y con el pase del Mayor General no tendrán impedimento para su salida.
Santa Fe, diciembre 13 de 1814.

SIMÓN BOLÍVAR:


Al general Santander Magdalena, 20 de marzo de 1826

Al general Santander
Magdalena, 20 de marzo de 1826.
A s. E. el general F. de P. Santander.
Mi querido general:
He recibido dos cartas de Vd. todas del 6 de enero que he visto con infinita satisfacción porque en ella me promete aceptar la vicepresidencia si el congreso lo nombra, cumpliendo con el voto nacional. Esto es todo lo que yo esperaba con deseo, con ansia e impaciencia. Doy a Vd. las gracias por esta promesa salutífera para Colombia. ¡Qué mensaje!!! Esto es bueno, esto es bello, esto es grande, como dice el Abate De Pradt. Vd. reúne en él la sequedad diplomática y oficial con las cosas útiles y las palabras hermosas. Me parece el mejor de todos los que ha dado la América, inclusive el mío del año pasado, porque este es más propio que el mío.
Muchas cosas he sabido que son realmente importantes. 1º Se asegura que la Europa nos reconoce de resultas de la recepción de Hurtado en el cuerpo diplomático en Londres. 2º La España debe reconocernos a costa de doscientos millones de pesos. Con igual cantidad se puede conquistar todo el país de los Borbones: es vender bien caro la libertad que hemos comprado con más sangre que dinero; primero el exterminio que tal sacrificio. 3º La toma de San Juan de Ulúa. 4º La toma de Chiloé por Freire. 5º Las disposiciones amigables de la Francia. 6º El buen espíritu que tienen ahora los exaltados de Venezuela; y últimamente, la insigne obra de De Pradt, con el título " Congreso de Panamá ". Todo esto reunido al estado próspero de las tres repúblicas hermanas me tienen algo más que encantado. Parece que me he remozado con los goces de la gloria y de la libertad. Qué momentos tan dulces estoy pasando: ellos pagan lo pasado y me prometen un porvenir eterno.
Las cosas de Buenos Aires y el Brasil van así, así: nada se hace de importante. De una y otra parte mando a Vd. gacetas y noticias. Vea Vd. la nota escrita del Brasil en que parece que no pintan al Emperador con muy fuertes medios de oponerse a nosotros; más contra Buenos Aires no le faltan recursos.
Pido oficialmente el permiso para ir a Bolivia a presentar mi constitución. Apóyelo Vd. fuertemente y mándemelo volando. Vd. crea que yo no vuelvo a Colombia tan pronto, porque se desploma todo el Sur, y por lo mismo, es indispensable que Vd. tome el mando para que todo no se pierda.
La misión de Guzmán es como se lo he dicho a Vd.; no sé si es de buena o mala fe, aunque Briceño, Ibarra, el marqués del Toro y mi hermana dicen que sí. Yo he respondido conforme a mi conciencia y si no fuera así, ¡qué vergüenza tendría de recibir alabanzas mentirosas como las que me da el Abate De Pradt poniéndome sobre todos los héroes! Siempre es mentiroso esto; pero su fundamento no lo es, porque ciertamente que yo tengo desprendimiento.
De Guayaquil me escriben tales cosas que no sé cómo concebirlas. He dicho a Pérez que comunique a Vd. los documentos. No se puede creer todo lo que me dice un tal López, pero yo creo que mucho hay de cierto en el fondo de la cosa.
El congreso de Buenos Aires quiere e insta por la proclamación de la República Bolívar. El general Alvear me propuso mil cosas y entre otras el de extender la República Bolívar por tratados hasta Buenos Aires y Chile. También aquí quieren ser bolivianos y quieren lo mismo que Alvear. De suerte que si oyéramos a estos señores no habría más que dos repúblicas, Colombia y Bolivia. También hay por aquí quien quiera imperio. Gual no me escribe nada, no sé por qué. Yo le he escrito dos veces quejándome de este silencio. Briceño me ha escrito una carta al llegar sobre el proyecto de Páez.
Soy de Vd. de corazón.
BOLÍVAR.
P. D. - Dicen que Rivadavia ha sido nombrado presidente del Río de La Plata y que el Paraguay se ha levantado contra Francia.


sin fecha General Simón Bolívar Muy señor mío

 /sin fecha General Simón Bolívar Muy señor mío: Mi genio, mi Simón, amor mío, amor intenso y despiadado. Sólo por la gracia de encontrarnos...