SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA
INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A
TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS
Tomás Polanco Alcántara
Su diseño fue hecho conforme a las normas del Almirante Jorge Juan y Santacilia, el
renovador de la armada española a finales del siglo XVIII. La construcción del barco se
inició en Cartagena en, 1784, según proyecto y dirección del Capitán de Navío y después Teniente General José Romero de Landa.
El San Ildefonso, botado en 1785, desplazaba 1.600 toneladas, con 53 metros de eslora
(longitud de la nave), 14 de manga (su anchura mayor) y 7 de puntal (altura de la nave
hasta su cubierta superior). Su palo mayor era de 34 metros. Tenía tres embarcaciones
menores para su servicio. Quedó al mando del Capitán Ignacio María de Alava. Cuando
vino a Venezuela estaba bajo la capitanía de don José de Uriarte y Borja (4).
La habilidad de Alcalá Galiano al detener su flota en Veracruz y esperar allí el momento
propicio para iniciar el viaje de retorno logró, entre otros propósitos, llevar a España,
después de un complicado viaje por el Atlántico, un cargamento apreciable de la plata
(siete millones de duros) que mucho necesitaba el erario español.
Tales modalidades dieron a ese viaje un carácter tan especial que existe registro de él,
tanto en la historia personal de Alcalá Galiano como entre las más destacadas
expediciones de la marina española de la época. Por esa razón podemos disponer de
noticias de cierta importancia sobre el primer viaje de Simón Bolívar.
Además, antes de zarpar de Veracruz, Simón Bolívar, el 20 de marzo, envió desde allí
una carta a su tío don Pedro Palacios Blanco (5)que nos permite conocer otros aspectos
que se relacionan con los preparativos y comienzos del viaje.
En esa carta lo primero que llama la atención es el destinatario, don Pedro Palacios y
Sojo Blanco. Resulta explicable, dados los antecedentes ya conocidos, que el viajero, al
enterarse en Veracruz de que saldría un barco para Maracaibo, se apresurase no a
escribir a su tío y tutor don Carlos, con quien sus relaciones no eran diáfanas, sino a su
otro tío, don Pedro, amigable y cariñoso con el sobrino.
De esa carta se deduce que don Pedro Palacios participó activamente en los
preparativos del viaje. Sabiendo que en los planes de navegación estaba prevista una
posible escala en Veracruz, don Pedro procuró hacer intervenir al Obispo de Caracas,
don Juan Antonio de Viana, para obtener que en caso de llegar a ser posible que el
sobrino Simón pudiese subir a la ciudad de México fuera atendido por el Oidor Don
Guillermo de Aguirre y Viana, sobrino del Obispo Viana(6).
Durante la escala en Veracruz el pasajero se hospedó en la casa de Don José Donato
de Austria, antiguo residente en Caracas y quien quiso darle tal servicio porque en esa
población no había fonda, aunque Veracruz, población fundada por Hernán Cortés en
1519 sobre el Golfo de México, era el primero y el más importante puerto que el Imperio Español tenía en el mar Caribe(7).
Como la escala en Veracruz se hizo larga por causa de estar bloqueado el Puerto de La
Habana y ser peligroso continuar el viaje, el Subteniente Bolívar pudo pensar en
acercarse a la ciudad de México "en la inteligencia que usted con el Obispo lo habían
tratado". Para cubrir esa posibilidad el Obispo Viana había enviado a Veracruz una carta
de presentación de Simón Bolívar a su sobrino el Oidor: "hallé aquí una carta del Obispo para su sobrino el Oidor recomendándome a él siempre que hubiese alguna detención".
El Gobernador Militar y Político de Veracruz, el 27 de febrero de 1799, expidió un
"seguro pasaporte" para viajar a la ciudad de México al viajero Simón Bolívar, "en pasaje del navío San Ildefonso y que pasa a México". El Gobernador, en ese documento,
encargaba a los Ministros de Justicia dar al Subteniente de las milicias de Caracas
"alojamiento, ordenaren los bagajes que necesitare pagándolos anticipadamente a real
por legua y los víveres que pidiere a los precios reglados por arancel, que así conviene
al real servicio (8).
En la casa del Oidor Aguirre y Viana "fue donde viví los ocho días que estuve en dicha
ciudad".
Fuente: SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA
INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A
TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS
Tomás Polanco Alcántara

Discurso en el Congreso



Serenísimo Señor:
La instalación de ese Soberano Congreso, hecha en el tiempo mismo de la destrucción de la República de Venezuela, no puede menos que servir de auspicios favorables al restablecimiento de aquel infeliz Estado, cuyos débiles restos, acogidos en este de Cartagena, se atreven a dirigirse a V. A.
La caída de Caracas ha arrastrado tras sí la de toda la Confederación de Venezuela. Extraordinarias vicisitudes físicas y políticas que se acumularon sobre nosotros fatalmente, desconcertaron su máquina hasta su ruina total. El horroroso terremoto del veinte y seis de marzo, que hizo perecer más de veinte mil almas en la capital, ciudades Y lugares: la consternación general que causó este terrible suceso, no ha sido sino de segundo orden entre las causas que produjeron el anonadamiento de nuestra libertad e independencia. Errores políticos cometidos muy culpablemente por el Gobierno, tuvieron influjo más directo en tal catástrofe.
El primero de todos, fué sin duda, no haber la Junta, desde los primeros días de su instalación, enviado una expedición marítima contra la ciudad de Coro, luego que ésta pronunció su decidida voluntad de no conformarse al nuevo sistema, que el voto general de Venezuela había constituido, declarándolo como insurgente y hostilizándolo como enemigo. Entonces todo hombre sensato se determinó por la guerra, contra una ciudad tan vil y estólida, que desconociendo el valor de sus derechos, pretendía privarnos de los nuestros por la vía de la fuerza. pero la Junta ciegamente conducida por falsos principios de política, tomó un camino opuesto al que dictaba la- justicia, y aconsejaba la prudencia de arrancar al nacer las semillas de una guerra civil, que debería algún día disolver el Estado:
Fundaban nuestros gobernantes el sistema de su conducta, sobre los preceptos de la filantropía mal entendida; y en la confianza presuntuosa de que siendo la causa popular se rendiría todo a su imperio, sin la ayuda de la fuerza, por la simple exposición de sus principios:
Del mismo género fueron los de no levantar y disciplinar tropas veteranas suficientes que pusiesen la provincia y toda la Confederación a cubierto de toda invasión. Una insensata disipación de caudales y rentas públicas en objetos de frivolidad, cuando debieron emplearse en preparativos de guerra, reservándose siempre un fondo para las grandes necesidades del Estado. Una estúpida indulgencia para con los ingratos y pérfidos españoles, siempre sorprendidos en atentados y subversiones intestinas y siempre impunes en sus atroces delitos: injusticia que causó ciertamente el incurable mal que nos redujo de nuevo a la esclavitud. Y en fin el fanatismo religioso hipócritamente manejado por el Clero, empeñado en trastornar el espíritu público por sus miras de egoísmo e interés de partido: temiendo la . pérdida de su preponderancia sobre los pueblos supersticiosos. Todo vino a concurrir a un tiempo para preparar nuestras cadenas.
Mas se apresuró la época de recibirlas, cuando el Congreso Federal, se propuso por algunos genios turbulentos ansiosos de dominar en sus ciudades y provincias, la división de la de Caracas en pequeños estados que debilitase más y más el Gobierno Federal, que por sí mismo no es fuerte. Los fogosos y sostenidos debates, que sobre esta materia se tuvieron, inspiraron en los Pueblos, una desconfianza y odio contra Caracas, que originaron la sublevación de la ciudad de Valencia, una de las más importantes de la provincia.
El fuego de la discordia que allí se encendió no se logró apagar con la reconquista de aquella Plaza: por el contrario, tanto en ella como en el resto de las ciudades subalternas del interior quedó encubierto para abrazar después con mayor fuerza todo el país, pues manteniendo los descontentos y los europeos relaciones directas con los enemigos que estaban en las fronteras lograron corromper a un oficial infame nativo de la ciudad de Carora, que mandaba una avanzada, quien les abrió paso, auxiliado de otros desnaturalizados hijos de los pueblos del tránsito hasta conducirlos a las cercanías de los valles y lugares de Aragua.
Derrotados allí completamente en cuatro acciones sucesivas por nuestro ejército, que apresuradamente se formó en Caracas, por haber perecido con la mayor desgracia casi todos los soldados de la República, bajo las ruinas de cuantas ciudades ellos guarnecían así en la capital como en las fronteras, tuvo sin embargo este que rendir sus armas, sacrificándose a los designios de su General quien por una inaudita cobardía, no logró las ventajas de la victoria persiguiendo al enemigo sino antes bien cometió la bajeza ignominiosa de proponer y concluir una capitulación, que cubriéndonos de oprobio, nos tornó al yugo de nuestros antiguos tiranos.
Apenas tomaron éstos posesión de las plazas de Puerto Cabello; Caracas y La Guaira, cuando violando abiertamente las capitulaciones y el derecho de gentes, pusieron en cadenas a cuantos ciudadanos de virtud y talentos se habían distinguido en la República; persiguiendo con furor a la inocente infancia, a la vejez respetable- y hasta al débil y bello sexo: siendo su encarnizamiento tal, que parece haberse excedido la crueldad a si misma.
Escapados prodigiosamente de las garras de aquellas fieras, los pocos que aquí nos hallamos hemos venido a implorar la protección de la Nueva Granada, en favor de sus compatriotas, los desdichados hijos de Venezuela.
Para fundar sobre algún mérito nuestra solicitud, hemos querido tomar antes parte en la civil contienda que sostiene este Estado contra la provincia de Santa Marta: y habiendo ya tenido el honor de ver admitida la oferta de nuestros servicios en el ejército, esperamos presentarnos a ese Soberano Congreso luego que hayamos cumplido nuestro empeño.
La identidad de la causa de Venezuela con la que defiende toda la América, y principalmente la Nueva Granada, no nos permite dudar de la compasión que excitarán nuestros desastres en los corazones de sus ciudadanos. Si, los más ilustres mártires de la libertad de la América Meridional, tienen colocada su confianza en el ánimo fuerte y liberal de los Granadinos del Nuevo Mundo. Caracas, cuna de la Independencia Colombiana, debe merecer su redención como otra Jerusalén. a nuevas cruzadas de fieles Republicanos y estos republicanos no pueden ser otros que los que tocando tan inmediatamente los tormentos que sufren las víctimas de Venezuela se penetrarán del sublime entusiasmo de ser los libertadores de sus hermanos cautivos.
La seguridad, la gloria y lo que es más, el honor de estos Estados Confederados exigen imperiosamente cubrir sus fronteras, vindicar a Venezuela y cumplir con los deberes sagrados de recobrar la libertad de la América del Sur, establecer en ella las santas leyes de la. Justicia y restituir sus naturales derechos a la humanidad.
Cartagena, noviembre 27 de 1812. -2º.
Serenísimo Señor.
SIMÓN BOLÍVAR.
Coronel de Ejército y Comandante de Puerto Cabello.
Vicente Texera,
Ministro de la Alta Corte de Caracas.

Discurso en la sociedad patriótica de Caracas




Discurso en la sociedad patriótica de Caracas

No es que hay dos Congresos. ¿Cómo fomentarán el cisma los que más conocen la necesidad de la unión? Lo que queremos es que esa unión sea efectiva y para animarnos a la gloriosa empresa de nuestra libertad; unirnos para reposar, y para dormir en los brazos de la apatía, ayer fué una mengua, hoy es una traición. Se discute en el Congreso Nacional lo que debiera estar decidido. ¿Y qué, dicen? que debemos comenzar por una confederación, como si todos no estuviésemos confederados contra la tiranía extranjera. Que debemos atender a los resultados de la política de España. ¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve, si estamos resueltos a ser libres? Esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. ;Que los grandes proyectos deben prepararse en calma! Trescientos años de calma ¿no bastan? La Junta Patriótica respeta, como debe, al Congreso de la nación, pero el Congreso debe oír a la Junta Patriótica, centro de luces y de todos los intereses revolucionarios. Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad sur-americana: vacilar es perdernos.
Propongo que una comisión del seno de este cuerpo lleve al Soberano Congreso estos sentimientos.

Discurso en Tenerife del Magdalena



Discurso en Tenerife del Magdalena

Ciudadanos, magistrados y pastores:
Yo he venido a traeros la paz y la libertad que son los presentes que hace el Gobierno justo y liberal del Estado de Cartagena a los pueblos que tienen la dicha de someterse al suave imperio de sus leyes; yo que soy el instrumento de que se ha valido para colmarlos de beneficencia, me congratuló también de ser el intérprete del espíritu de su constitución, y el órgano de las intenciones de sus jefes.
La discordia civil ha tenido privada a esta villa de la luz que brilla sobre todo el horizonte de los estados de la Nueva Granada, porque vuestra ciega credulidad, y vuestra timidez, ha dado ascenso a las imposturas de vuestros opresores, y los habéis auxiliado contra vuestros hermanos y vecinos.
La guerra que habéis sostenido contra ellos, además de haberos cubierto de una ignominia eterna, os ha hecho probar todas las aflicciones que son capaces de inventar lis tiranos para asolar, y anonadar si es posible, a los que tienen la estolidez de presentarles la cerviz a su yugo opresor; vuestra experiencia os ha manifestado, cuan duro y feroz es el dominio de la España en estas regiones. Habéis visto incendiar vuestras habitaciones, encadenar a vuestros conciudadanos, pillar vuestras casas, y hasta violar vuestras mujeres; echad los ojos sobre vuestros campos, y los hallaréis incultos; observad vuestras poblaciones, desiertas: mirad el manantial de vuestra prosperidad, ese caudaloso Magdalena, que solitario y triste huye, por decirlo así, de unas riberas que devora la guerra: todo, todo, os está diciendo: donde reina el imperio español reina con él, la desolación, y la muerte.
Habitantes de Tenerife: yo no puedo engañaros, pues os hablo de las calamidades, que padecéis, y os han reducido a ser la burla de un puñado de bandidos, que después de haberos aniquilado, con su protección, después de haberos atraído el odio de vuestros hermanos de Cartagena y puesto en el borde del precipicio, os han abandonado en el peligro al arbitrio de un conquistador, y han huido como unos malhechores, que temen la espada de la justicia. Estas son las recompensas de vuestros sacrificios, y éste el galardón que habéis obtenido por premio de vuestra sumisión y fidelidad al nominado rey Fernando VII.
¡Qué diferencia, entre el imperio de la libertad, y el de la tiranía! La estáis tocando por vosotros mismos. Los españoles vinieron a auxiliaros, y os han destruido, porque ellos son los cómitres de sus visires: nosotros hemos venido a subyugaros como enemigos, y os hemos perdonado las ofensas que nos habéis hecho, os hemos constituido en el augusto carácter de ciudadanos libres del Estado de Cartagena, igualándoos a vuestros redentores. Os hemos puesto al abrigo de las violencias de una legislación corrompida y arbitraria; se os abre una vasta carrera de gloria y de fortuna, al declararos miembros de una sociedad, que tiene por basas constitutivas una absoluta igualdad de derechos, y una regla de justicia, que no se inclina jamás hacia el nacimiento o fortuna, sino siempre en favor de la virtud y el mérito. Ya sois en fin hombres libres independientes de toda autoridad, que no sea la constituida por nuestros sufragios, y únicamente sujetos a vuestra propia voluntad, y al voto de vuestra conciencia legalmente pronunciado según lo prescribe la sabia constitución que vais a reconocer y a jurar. Constitución que asegura la libertad civil de los derechos del ciudadano en su propiedad, vida y honor; y que además de conservar ilesos estos sagrados derechos, pone al ciudadano en aptitud de desplegar sus talentos e industria, con todas las ventajas que se pueden obtener en una sociedad civil, la más perfecta a que el hombre puede aspirar sobre la tierra.
Tal es, ciudadanos, la naturaleza del Gobierno de Cartagena que se ha dignado de tomaros en su seno como sus hijos.
El supremo magistrado del Estado, de quien todo depende en el poder ejecutivo, se halla dotado de cuantas cualidades morales e intelectuales se requieren en un Jefe, que atiende al fomento de los ramos de industria nacional, en comercio, agricultura, alta policía, la ejecución exacta de las leyes: la dirección de la guerra y el departamento de los negocios diplomáticos.
El senado, compuesto de hombres prudentes y sabios, vigila incesantemente sobre la conducta de los magistrados y jueces para que no se infrinjan las constituciones y leyes en perjuicio del inocente y del benemérito, y en favor de los culpables, y de los ineptos
El cuerpo legislativo, que representa la soberanía del pueblo, defiende sus derechos con rectitud y ciencia. Forma las leyes, que promueven, y sostienen la felicidad pública, y revoca, suspende, o varía las que son contrarias al bien general. Los legisladores son los padres del pueblo, pues que de ellos nace su prosperidad y gloria, estableciendo los fundamentos sobre que se elevan las naciones, a su mayor grandeza.
Hay un poder judicial que distribuye imparcialmente la justicia, sin adherirse ni al poderoso, ni al intrigante; la más estricta equidad reina en sus juicios y nadie se ve privado de sus derechos naturales, y legítimos por sentencias arbitrarias, o por una viciosa interpretación de los códigos. Ningún culpado se exime de la pena, como a ningún justo se condena. Por manera que todo hombre debe contar, bajo los auspicios de nuestros magistrados, legisladores y jueces, con los bienes que el Cielo o su industria le haya dado: con el honor que sus virtudes le hayan adquirido; y con la vida, que después de la libertad, es el don más precioso, que el Ente Supremo nos ha hecho.
Comparad, ciudadanos, la lisonjera perspectiva que se os presenta en el sistema adoptado por Cartagena, con el horroroso cuadro de crímenes e infortunios que habéis tenido a la vista hasta el presente, bajo el poder absoluto de los monstruos que os han mandado de España sus feroces mandatarios. Comparad, digo, ambos gobiernos; y decid según la expresión de vuestra conciencia, ¿cuál de los dos es el justo? ¿Cuál de los dos es el liberal? Y cual de los dos merecerá las bendiciones del Creador?
Vuestra elección no es dudosa, y ciertamente vuestro corazón mismo abrazará con ardor y placer el Gobierno independiente de Cartagena.
En consecuencia de esta exposición, os pregunto si reconocéis y jugarais fidelidad y obediencia al soberano Gobierno del Estado de Cartagena con todas las formalidades del caso?
A que respondieron todos unánimemente que sí juraban, conforme al uso de derecho, por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz; y según su fuero los eclesiásticos, y en su virtud para la mayor constancia yo firmaron los que saben, y por los que no saben lo hace también el Procurador Síndico General.

SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS Tomás Polanco Alcántara




SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A
TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS
Tomás Polanco Alcántara
CAPITULO TERCERO
A Bordo del San Ildefonso
Al Subteniente de milicias Simón Bolívar y Palacios, cuando embarcó en La Guaira en el San Ildefonso, le era imposible advertir que llegaría a España en los momentos de
iniciarse la crisis más grave de toda la historia de esa nación.
Esa crisis la llevará a perder su Imperio y el carácter de Potencia mundial. Nos interesa
mencionarla para ubicar, correctamente en el tiempo, el proceso educativo de Simón
Bolívar y la influencia que tendrá en su vida.
Tres delicados problemas afectaban a España. Uno, la compleja relación internacional
originada por la Revolución Francesa. Otro, el enfrentamiento interno, de carácter
político, entre los llamados absolutistas y aquellos que se auto denominaban liberales. El tercero era el déficit fiscal, que iba creciendo debido a los gastos que ocasionaba la
situación internacional, especialmente por las erogaciones de carácter bélico añadidas a
las deudas del Estado, pendientes de pago y causadas por grandes obras públicas.
En esos momentos no era posible reducir el déficit de manera apreciable con las, hasta
ese entonces, acostumbradas remesas de plata y oro americanos porque la marina
inglesa bloqueaba los puertos españoles e impedía la salida normal de buques con
destino a América. Además, desplegada en el Atlántico, atacaba a los pocos barcos
españoles que lograban burlar el bloqueo, llegar a América y regresar con oro y plata.
Por dichas razones, disponer de barcos para trasladarse desde América hasta Europa
era prácticamente imposible. De lograrlo, cualquier viaje, sin una defensa proporcionada por buques de guerra en convoy, resultaba extremadamente peligroso. Por tanto fue providencial para Bolívar la salida, desde Cádiz y hacia América, en diciembre de 1798, de una flota al mando del Almirante Dionisio Alcalá Galiano (1), de la cual formaba parte el navío San Ildefonso y la llegada de ese buque a La Guaira en enero de 1799.
De esos barcos unos debían tocar en La Guaira y otros en Cartagena. Luego todos,
reunidos en Veracruz, esperarían el momento de zarpar hacia La Habana. Allí se iba a
formar el convoy de regreso formado por el San Ildefonso, el navío San Fulgencio, en el
cual viajaba el Almirante Alcalá Galiano y las fragatas Esmeralda, Clara y Medea.
El San Ildefonso, al iniciar desde La Guaira el 19 de enero su viaje de retorno, tomó
como pasajeros a dos jóvenes venezolanos, Simón Bolívar y Palacios y Esteban
Escobar y Vildósola (2).
El buque que transportó a Simón Bolívar en su primer viaje merece alguna referencia a
sus características. En los estudios relativos a la vida de Bolívar apenas se le menciona
y poco se sabía acerca de él hasta que el Ingeniero Rafael Fuentes Carvallo realizó una
cuidadosa investigación sobre el particular (3)cuyos resultados deben ser tomados en
cuenta para comprender mejor el viaje.
¿Qué clase de embarcación era el San Ildefonso? ¿Cuáles sus características?
Se trataba técnicamente de un "navío", o sea una nave grande con dos cubiertas, mejor
dicho era un "navío real" por el hecho de estar armado, en esas dos cubiertas, con más
de setenta y cuatro cañones. Quienes estudian la historia de la náutica española lo
consideran un barco que había alcanzado "la máxima perfección posible" y una muestra
de la "edad de oro" de la arquitectura naval en madera.
Fuente: SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA
INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A
TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS
Tomás Polanco Alcántara

Las más Hermosas cartas de Amor entre Manuela y Simón



Las más Hermosas cartas de Amor
entre Manuela y Simón
acompañadas de los
Diarios de Quito y Paita,

Huaraz, a junio 17 de 1824
A S.E. El Libertador Simón Bolívar
Muy señor mío:
Quisiera usted referirme: ¿Qué clase de hombre es este Santander, que siendo su enemigo usted lo tolera; sin que haga nada usted por esquivar esas infamias por las que, en su correspondencia, me doy cuenta, cómo injusta y deliberadamente, él no acoge las peticiones de usted?
Tenga cuidado.
Suya,
Manuela Saenz
Fuente: © Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia
Las más hermosas cartas de Amor entre Manuela y Simón
Ediciones de la Presidencia de la República
Caracas - Venezuela, 2010
Depósito Legal: lf000000000000
ISBN: 0000000000000

SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA



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Tomás Polanco Alcántara

Citas:
1.- Este Capítulo, a pesar de sus dificultades metodológicas y de exposición, es
ineludible para el mejor conocimiento del personaje biografiado. En él se ha procurado
mantener el tema genealógico dentro de límites razonables que permitan obtener los
fines propuestos. Por semejante razón se utilizan sólo informaciones que no perturben al
lector ni lo lleven a otras preocupaciones. La ubicación de cada personaje en el tiempo
está hecha usando un marco de referencia mínimo en la Historia de España y la
evolución venezolana. Existe, para quien el tema interese, una amplia noticia acerca de
los diversos aspectos de la genealogía de Simón Bolívar, con extenso apoyo
bibliográfico y documental, en la obra de RAFAEL FUENTES CARVALLO, Genealogía del Libertador, primera Edición, Madrid, 1974. Segunda edición, Caracas, 1975. Puede consultarse, con provecho, la obra de RAMON DARIO SUAREZ, Genealogía del Libertador, Edición de la Gobernación del Estado Mérida, Mérida, 1983, y que analiza la ascendencia de Bolívar por cada apellido materno o paterno.
2.- Véase M. LLANO GOROSTIZA, Bolívar en Vizcaya, ediciones del Banco de Vizcaya, Bilbao, 1976, páginas 24 y siguientes. Un extenso estudio sobre "La ascendencia vasca de Simón Bolívar, Libertador de América" aparece en la obra de SEGUNDO DE ISPIZUA, Los vascos en América, Volumen VI, Tomo II, Artes Gráficas Matev, Madrid, 1919.
3.- JOSE DE OVIEDO Y BAÑOS, Historia de Venezuela, edición hecha en Caracas
entre 1824 y 1826, por Domingo Navas Spínola, páginas 604 y 605. Recuérdese que la
primera edición de esta obra apareció en Madrid en 1723 y que por tanto debió haber
estado escrita al menos en 1721. Ello indica que, bastante más de un siglo después del
viaje de don Simón y de sus gestiones, todavía se le recordaba con respeto.
4.- OVIEDO Y BAÑOS, obra citada, página 224.
5.- Francisco Infante aparece en las descripciones de la época como uno de los más
atrevidos y legendarios hombres de acción.
6.- JUAN DE CASTELLANOS, Elegías de varones ilustres de las Indias, edición de Isaac Pardo, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Serie Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, volumen 211, Caracas, 1991 (segunda edición), página 513
7.- Oviedo describe como doña Ana fue primero ahorcada y luego, cuando estaba a
medio morir, una banda de forajidos "la pusieron por blanco de sus tiros disparando
sobre ella de mampuesto a vista de su infame general, quien con aplauso celebraba los
aciertos de quien con mejor puntería partía el corazón o la cabeza de aquella ilustre
matrona". OVIEDO, Historia de Venezuela, obra citada, pagina 306.
8.- OVIEDO y BAÑOS, Historia de Venezuela, obra citada, página 49. Blanco.
9.- SALVADOR DE MADARIAGA, Bolívar, Tercera Edición, Espasa Calpe S.A., Madrid,
1984, Tomo I, página 55. La primera edición tiene fecha 1951 No puede ni debe dejarse
de afirmar que la obra del señor Madariaga es de las mejores que se han escrito sobre
Bolívar. Forma parte de una excelente trilogía formada por tres estudios biográficos,
Colón Hernán Cortés y Bolívar, que parecen haber servido al autor para su propósito de
presentar el descubrimiento, la formación y el fin del Imperio Español. No puede negarse
que a través del libro se percibe que el personaje Bolívar atrajo poderosamente la
atención de Madariaga pero que, sin dejar de sentir admiración por él, no llegó nunca a
tenerle simpatía.
10.- SALVADOR DE MADARIAGA, Bolívar, obra citada, nota página 56, Tomo I.
11.- MANUEL PEREZ VILA publicó la lista de los libros que de esa biblioteca
correspondieron a Juan Vicente Bolívar y Palacios en la partición de los bienes de su
padre. No se conocen otras listas. El original está en el Archivo del Libertador, Casa
Natal, Escrituras y Procesos, Tomo I, folios 26-99. Véase su obra La formación
intelectual del Libertador, segunda edición, Caracas, 1978, páginas 190 y 191.
12.- PARRA LEON, Filosofía Universitaria, obra citada, página 328.
13.- Puede verse al efecto el estudio que sobre ese expediente publicó el Dr. ELIAS
PINO ITURRIETA, Contra lujuria castidad, Caracas, 1992
14.- La función maternal de doña Concepción obligó a estudiar sus circunstancias
personales en el Capítulo Primero de esta Primera Parte.
15.- PEREZ VILA, La Formación Intelectual del Libertador, obra citada, páginas 192 a
195. La lista o catálogo esta tomada de los originales existentes en el Archivo de la Casa
Natal del Libertador según las referencias que se hacen en la obra.
16.- FRAY JUAN ANTONIO DE NAVARRETE, Arca de Letras y Teatro Universal,
Estudio preliminar y edición crítica del Doctor Blas Bruni Celli, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 2 volúmenes, Caracas, 1993. Esta obra monumental, una de las pocas que se salvó de las muchas (más de treinta) que escribió su autor, pudo salvarse del olvido gracias a la cuidadosa, compleja y minuciosa labor del Dr. Bruni Celli. Está redactada en forma de diccionario sobre temas de religión, ciencia, historia, literatura, geografía y humanidades. Refleja el movimiento intelectual venezolano y sobre todo caraqueño, de fines del siglo XVIII y principios del XIX. Fray Juan Antonio de Navarrete, nacido en Guama, bachiller en Filosofía el año 1767, monje franciscano desde 1770, pasó su vida eclesiástica entre Caracas y Puerto Rico. Desde 1792 quedó en Caracas y pudo reunir sus libros y escritos en su celda, ampliada al propio costo, del Convento Franciscano de la Inmaculada. Cita sesenta y dos veces la obra de Feijóo, Teatro Crítico Universal, Edición de Madrid (17226-1740). Alaba a Buffon por su Historia Natural, lo cita trece veces y denomina "autor celebrado por la osadía de sus ideas y por la precisión, claridad y compaginación de sus designios y por la elegancia y gracia de su estilo" . Lo alegra que la edición de Buffon en castellano, hecha en Madrid en 1785 esté "corregida y declarada en sentido católico".
Fuente:SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA
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Tomás Polanco Alcántara

LA NEGRA HIPÓLITA, NODRIZA DEL LIBERTADOR



LA NEGRA HIPÓLITA,
NODRIZA DEL LIBERTADOR
En los tiempos de zafra, es decir de cosecha en una hacienda, si era
necesario incrementar el número de trabajadores, los amos acostumbraban
trasladarlos desde alguna otra propiedad. Es así como Mateo, también
siervo de la familia Bolívar, oriundo de la hacienda “Santo Domingo de
Macaira” localizada en la jurisdicción del cantón Caucagua, conoce, se
enamora y contrae matrimonio con la joven Hipólita. Ella estará en fecha
de parto al momento de nacer el cuarto hijo de doña María de la
Concepción Palacios de Bolívar.
Durante una década cesará de su ocupación ordinaria en la hacienda
y estará en forma exclusiva al cuidado y crianza del niño Simón. Ella desde
joven fue buena como jinete, por lo tanto no representará ninguna
dificultad impartir las primeras lecciones de cómo montar y jinetear a un
niño que con el correr de los años cabalgará las distancias y caminos más
sorprendentes que pueda imaginarse.
Hipólita era una mujer sencilla, ordenada, que ponía su empeño y
tezón en atender cabalmente las tareas que le fuesen asignadas. Respetuosa
y fiel, valiente y abnegada servidora que ganó merecidamente la confianza
de sus amos.
Bolívar decreta y concede la libertad a los esclavos casi desde el
comienzo de la lucha independentista y después, en 1821, a los pocos que
le quedaban. Pero la negra Hipólita sigue fiel porque era un lazo de amor y
agradecimiento mutuo el que la unía a esa excepcional familia.
Fuente: CARMELO PAIVA PALACIOS
LA NEGRA HIPÓLITA,
NODRIZA DEL LIBERTADOR

SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS Tomás Polanco Alcántara




SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA
INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A
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Tomás Polanco Alcántara
Una idea precisa de la clase y calidad de los libros que personas como los Palacios,
residentes de Caracas en este tiempo, podían reunir en sus bibliotecas, se puede
obtener gracias a la publicación de la obra de Fray Juan Antonio de Navarrete, Arca de
Letras y Teatro Universal (16) Por Navarrete se confirma, respecto a Feijóo la afirmación de Parra León que arriba mencionamos.
Al igual de casos similares que encontramos en la familia Bolívar, este don Feliciano
Palacios y Gil de Arratia también fue Alcalde de Caracas (1752). Su esposa, doña
Francisca, era descendiente de don Francisco Infante, uno de los fundadores de
Caracas, a quien antes mencionamos como el padre de doña Ana de Rojas, la esposa
de Alonso Díaz de Moreno y padres ambos de Beatriz Díaz de Moreno y de Rojas, la
esposa de Simón Bolívar "el mozo".
Don Feliciano de Palacios y Sojo Gedler, nacido en Caracas en 1689 y muerto en 1756,
vive el final del siglo XVII y la mitad del siglo XVIII. Fue cuatro veces Alcalde de Caracas
(1719-1735 1736 y 1750), Regidor Perpetuo (1722) y llegó al grado de Capitán. Se casó
dos veces y de su segundo matrimonio, contraído con Isabel María Gil de Arratia, nació
don Feliciano Palacios y Sojo y Gil de Arratia a quien nos acabamos de referir. Otro de
sus hijos fue Pedro, el músico y sacerdote, el "Padre Sojo" uno de los precursores del
movimiento musical venezolano.
Doña Isabel era hija de don Francisco Gil de Arratia y de doña Rosa María de Aguirre y
ésta de don Francisco de Aguirre y Villela otro acompañante de Diego de Lozada en la
fundación de Caracas.
Podríamos seguir con otros familiares pero con lo dicho se puede advertir que, cuando
don Juan Vicente Bolívar y Ponte y doña María de la Concepción Palacios y Blanco
contraen matrimonio y procrean a Simón Bolívar, éste representará tres siglos de historia de Caracas, desde los mismos fundadores de la ciudad, con sus Alcaldes, Regidores Perpetuos y Gobernadores de la Provincia.
Son personas que estuvieron al mando de las milicias provinciales. Entre ellos hubo
dueños de fortuna importante, representada en especial por posesiones en los Valles de
Aragua.
En la familia Palacios se acostumbraba tener bibliotecas y participar en manifestaciones
artísticas. En la familia Bolívar predominan las funciones políticas, militares y agrarias. El grupo familiar se extendió ampliamente por la frecuencia de dobles matrimonios y de
abundante descendencia. Además, sucesivas uniones conyugales los ligaron a casi
todas las familias de la ciudad y de la Provincia.
La presencia de los Bolívar y de los Palacios era indispensable y valiosa en todos los
asuntos principales que pasaban en la época.
Podemos ahora seguir al joven Simón en su viaje a bordo del San Ildefonso .
Fuente: SIMÓN BOLÍVAR: ENSAYO DE UNA
INTERPRETACIÓN BIOGRÁFICA A
TRAVÉS DE SUS DOCUMENTOS
Tomás Polanco Alcántara

sin fecha General Simón Bolívar Muy señor mío

 /sin fecha General Simón Bolívar Muy señor mío: Mi genio, mi Simón, amor mío, amor intenso y despiadado. Sólo por la gracia de encontrarnos...